

El expresidente Evo Morales solicitó este jueves a la Asamblea Legislativa la aprobación de una ley que le permita postularse nuevamente a la presidencia, argumentando que esta medida ayudaría a pacificar el país tras los violentos bloqueos que dejaron cinco fallecidos. El pedido se produce en medio de crecientes tensiones políticas y mientras Morales lanzaba duras críticas contra la IV Cumbre Multipartidaria por la Democracia, de la que fue excluido.
El reclamo por una candidatura sin restricciones
Morales insistió en que Bolivia necesita garantizar plenos derechos políticos para todos los actores. «He visto cómo se persigue, se intimida y se quitan las siglas a los partidos», declaró el exmandatario, en referencia a la inhabilitación de la organización que respaldaba su postulación. Según su visión, no puede haber elecciones libres en un clima de lo que calificó como «persecución política».
El líder del MAS cuestionó duramente el desarrollo de la Cumbre Multipartidaria, señalando que su exclusión demostraba falta de voluntad para un diálogo inclusivo. Además, sugirió que el evento respondía a intereses extranjeros, mencionando específicamente a Estados Unidos y lo que denominó el «Grupo Harvard», un supuesto conjunto de políticos bolivianos que, según él, actuarían bajo influencia norteamericana.
La violencia que marcó la agenda política
Mientras el país seguía conmocionado por los enfrentamientos que costaron la vida a cinco personas durante los bloqueos de esta semana, Morales optó por no abordar directamente el tema. Solo se refirió al fallecimiento de un simpatizante, responsabilizando al gobierno por el uso de fuerza excesiva durante las operaciones de desbloqueo.
Sus declaraciones contrastan con los llamados de diversos sectores que piden priorizar el diálogo para superar la crisis. Analistas políticos destacan que, en lugar de enfocarse en una salida negociada al conflicto, el expresidente ha centrado su discurso en su aspiración de volver a competir por la presidencia.
Un escenario político complejo
La solicitud de Morales llega en un momento particularmente delicado para Bolivia. Por un lado, sus seguidores mantienen presión en las calles exigiendo su habilitación electoral. Por otro, el gobierno enfrenta crecientes cuestionamientos por su manejo de las protestas y la crisis institucional.
La posibilidad de que la Asamblea Legislativa apruebe una ley especial para permitir su candidatura sigue siendo incierta. Mientras tanto, el país espera señales concretas que permitan superar la polarización y encontrar caminos de reconciliación nacional.
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