

Sectores afines a Evo Morales intensifican bloqueos de carreteras en Bolivia para presionar la renuncia del presidente Luis Arce, según reveló Wilfredo Chávez, abogado cercano a Morales. El objetivo es establecer un gobierno transitorio que convoque elecciones en 90 días, anulando el actual proceso electoral y abriendo la posibilidad de una nueva candidatura de Morales.
Estrategia del evismo: un plan con tres ejes
El plan de los sectores afines a Morales se estructura en tres puntos clave:
- Renuncia de Arce: Buscan generar un vacío de poder que lleve a la formación de un gobierno interino.
- Renovación del TSE y TCP: Exigen la destitución de al menos dos vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y los cinco magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), acusados de parcialidad y de prorrogarse ilegalmente en sus cargos.
- Nuevas elecciones: Un proceso electoral renovado permitiría a Morales y otros líderes políticos postularse sin restricciones legales.
¿Qué busca el evismo con esta estrategia?
En una entrevista con el programa Fama, Poder y Ganas, Chávez argumentó que la salida de Arce aliviaría la tensión política, acusando al presidente de manipular el aparato estatal para favorecer a su candidato en las elecciones. Sin embargo, la línea de sucesión genera incertidumbre:
- El vicepresidente David Choquehuanca (MAS) asumiría la presidencia en primera instancia.
- Si Choquehuanca renunciara, le seguiría Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y candidato por Alianza Popular.
- En última instancia, el titular de la Cámara de Diputados, también del oficialismo, tomaría el cargo.
Analistas advierten que este escenario no implicaría un cambio sustancial de poder, sino un reacomodo interno dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS). “Es más un conflicto de facciones que una transformación estructural”, señalan.
Obstáculos legales: TSE y TCP en la mira
Chávez sostiene que el TSE carece de imparcialidad y que el TCP emitió fallos “nulos”, como la sentencia que inhabilita a Morales por haber gobernado dos periodos consecutivos. Según el abogado, esta decisión contradice la Opinión Consultiva 28/2021 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que avala reelecciones bajo ciertas condiciones. No obstante, modificar la composición de estas instituciones enfrenta serios retos:
- Cambiar vocales del TSE requiere un proceso legislativo complejo.
- El TCP, como máxima instancia constitucional, mantiene su autoridad pese a las críticas.
Elecciones en 90 días: un desafío logístico
Aunque el sector evista plantea convocar elecciones en tres meses, Chávez reconoce las dificultades prácticas. La designación de nuevas autoridades electorales y la organización de un proceso transparente en tan corto plazo serían tareas arduas, especialmente sin consenso político en la Asamblea Legislativa.
¿Podría Morales ser candidato?
Chávez insiste en que, con un nuevo TSE y TCP, Morales tendría derecho a competir, argumentando que su inhabilitación es “política, no legal”. Sin embargo, esta posibilidad depende de acuerdos políticos, cambios institucionales y el eventual respaldo de organismos internacionales, lo que complica su viabilidad.
Riesgos de la estrategia: inestabilidad en el horizonte
- El plan evista enfrenta múltiples obstáculos:
Jurídicos: La falta de mayoría en la Asamblea dificulta la remoción de vocales del TSE o magistrados del TCP. - Políticos: El oficialismo, liderado por Arce, rechaza las presiones y acusa a Morales de desestabilizar el país.
- Sociales: Los bloqueos están generando desabastecimiento y creciente malestar ciudadano, lo que podría erosionar el apoyo a Morales.
Un futuro incierto para Bolivia
El conflicto interno en el MAS agrava la polarización en Bolivia. Mientras los sectores evistas buscan un “reinicio electoral”, las tensiones políticas y sociales amenazan con profundizar la crisis. La posibilidad de nuevas elecciones podría ser una salida, pero el camino hacia ella está plagado de incertidumbre y riesgos de mayor inestabilidad.
Sé el primero en dejar un comentario