Fue Mario Vargas Llosa quien, a través de una novela, se preguntó: “¿Cuándo se jodió el Perú?”. La pregunta caló tan hondo que los latinoamericanos la adoptamos de inmediato, sustituyendo el nombre de Perú por el de nuestros propios países.
En el caso de Bolivia, no comparto las respuestas que señalan distintos momentos históricos como el punto de quiebre. Tras mis estudios, creo que hubo un instante preciso, un punto de inflexión en el que todo se derrumbó y ya no fue posible levantar los escombros. Ese momento fue el 18 de abril de 1828.
Si abordo este tema ahora, en mayo, es porque la muerte de Mario Vargas Llosa y, posteriormente, la del papa Francisco acapararon la atención de los columnistas, incluyéndome. Pero, ¿qué ocurrió exactamente el 18 de abril de 1828? Ese día estalló el primer golpe de Estado en la historia de Bolivia. El Batallón Voltígeros, acantonado en Chuquisaca, se sublevó, obligando al presidente Antonio José de Sucre a intervenir para sofocar la revuelta. A diferencia de motines anteriores, este tuvo un giro dramático: Sucre fue herido en un brazo y sus seguidores lo evacuaron de urgencia para salvarle la vida.
La historia oficial suele detenerse ahí, pero lo que rara vez se cuenta —ni siquiera en textos recientes— es lo que vino después. El motín no fue un acto aislado, sino el primer paso de una conspiración que buscaba derrocar a Sucre y facilitar la invasión de Bolivia por el ejército peruano, liderado por Agustín Gamarra.
Tras el levantamiento, Gamarra cruzó el río Desaguadero, pero, en lugar de avanzar hacia Chuquisaca —donde el prefecto de Potosí, Francisco López, ya había controlado la situación—, se instaló en una pequeña localidad llamada Siporo. Mientras tanto, para proteger a Sucre, sus aliados lo trasladaron a Ñucchu. Lo que pocos saben es que un coronel boliviano, Pedro Blanco, aprovechó el mando de sus tropas para llegar a Ñucchu, secuestrar al presidente y entregarlo a Gamarra. El plan original era asesinar a Sucre, pero el jefe de Estado Mayor del Ejército boliviano, León Galindo, intervino a tiempo. Reforzado por gobernadores provinciales, Galindo evitó un desenlace trágico. Este episodio fue documentado por Gabriel René Moreno en un artículo publicado en 1877 en la *Revista de Chile*, titulado “Documentos sobre el primer atentado del militarismo en Bolivia”.
¿Por qué marcó este episodio el momento en que Bolivia “se jodió”? Porque interrumpió abruptamente el proyecto político que Sucre había comenzado a consolidar. El 6 de julio de 1828, en Piquiza, cerca de Siporo, se firmó un tratado que obligó a Sucre a renunciar a la presidencia, lo que formalizó a principios de agosto. Su partida dejó a Bolivia sumida en un caos político de proporciones colosales. La lucha por el poder se desató con ferocidad: Pedro Blanco, elegido presidente por el Congreso, fue brutalmente asesinado el 1 de enero de 1829.
Para entonces, Bolivia ya se había jodido.
Juan José Toro Montoya es Premio Nacional en Historia del Periodismo.
La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de Enfoque News.
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