

El gobierno de Ecuador declaró “alerta máxima” tras recibir información de inteligencia sobre un presunto atentado contra el presidente Daniel Noboa, así como posibles ataques terroristas y protestas violentas. La advertencia fue comunicada oficialmente por el Ministerio de Gobierno este sábado a través de sus redes sociales.
Según el comunicado, el país activó todos los protocolos de seguridad ante la amenaza de un supuesto “magnicidio” y un intento de desestabilización que involucraría a estructuras criminales y actores políticos opositores. Aunque no se presentaron pruebas, el gobierno señaló que las amenazas provienen de sectores “derrotados en las urnas” y de grupos delictivos.
La alarma se produce pocos días después de que Noboa fuera reelegido con un amplio margen de más de un millón de votos frente a su contrincante, la izquierdista Luisa González. El presidente obtuvo el 55,63% de los sufragios frente al 44,37% de González.
En medio de la tensión, un supuesto informe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas —que circula en redes sociales— advirtió sobre el traslado de sicarios desde México y otros países hacia Ecuador. La veracidad del documento aún no ha sido confirmada oficialmente por los mandos militares, aunque se espera un pronunciamiento en las próximas horas.
Por su parte, González reaccionó en redes sociales denunciando persecución política. Alegó que el gobierno intenta silenciar las denuncias de fraude electoral y mencionó la supuesta existencia de una “lista negra” migratoria. También se refirió a la retención de uno de sus asesores y de su compañero de fórmula, Diego Borja, quien días atrás denunció un intento de detención que fue negado por el Ministerio del Interior.
Pese a que los observadores internacionales de la OEA y la Unión Europea señalaron irregularidades como el uso indebido de recursos públicos y falta de neutralidad institucional, ambas misiones reconocieron el resultado electoral.
El contexto de seguridad en Ecuador ya era delicado. Un día antes de las elecciones, el gobierno impuso un estado de excepción por 60 días en nueve provincias, incluida la capital, Quito. Además, cerró las fronteras para extranjeros durante el proceso electoral. La medida responde a una crisis de violencia que desde hace cuatro años golpea al país, alimentada por bandas criminales vinculadas al narcotráfico internacional.
La alerta por un posible atentado contra el presidente Noboa refleja la fragilidad política y la creciente tensión que enfrenta Ecuador tras los comicios. Las próximas acciones del gobierno y de la oposición podrían marcar el rumbo de la estabilidad democrática en los próximos meses.
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