

Wall Street terminó la semana con fuertes ganancias, a pesar de la incertidumbre que generaron nuevos aranceles entre Estados Unidos y China, en una jornada volátil que reflejó la preocupación persistente por una posible escalada en la guerra comercial.
El índice S&P 500 subió un 1,81%, mientras que el Dow Jones revirtió una caída inicial de 340 puntos y cerró con un avance del 1,56%. El Nasdaq también repuntó, con un alza del 2,06%. Estos incrementos se dieron tras una semana marcada por bruscas oscilaciones en los mercados financieros.
La tensión se intensificó luego de que China anunciara el viernes un aumento en sus aranceles sobre productos estadounidenses, llevándolos hasta el 125%. La medida respondió a las recientes decisiones del presidente Donald Trump de endurecer su política comercial contra el país asiático.
En paralelo, los mercados de bonos, habitualmente más estables, mostraron señales de tensión. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, un referente clave para las tasas de interés, subió hasta el 4,58% por la mañana —muy por encima del 4,01% registrado hace una semana—, antes de moderarse al 4,48% al cierre de la jornada. Estos movimientos podrían traducirse en préstamos más caros para hogares y empresas, con posibles efectos negativos sobre la economía.
La presidenta de la Reserva Federal de Boston, Susan Collins, intentó calmar los ánimos al declarar que el banco central “estaría absolutamente preparado” para actuar si se presentan problemas de liquidez en los mercados.
Detrás del nerviosismo en los bonos podrían estar varios factores: desde ventas por parte de inversionistas extranjeros hasta una menor confianza en la solidez financiera de Estados Unidos como refugio seguro.
En el mercado de divisas, el dólar cayó frente a varias monedas internacionales, incluyendo el euro, el yen japonés y el dólar canadiense. El oro, considerado otro refugio ante el temor económico, subió, reflejando el ambiente de cautela.
A pesar del repunte en las acciones, la volatilidad general y la presión sobre los mercados financieros subrayan el impacto que las tensiones comerciales pueden tener a corto y mediano plazo. Las decisiones que se tomen en los próximos días en Washington y Pekín serán clave para definir el rumbo económico global.
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