

Kylian Mbappé ha desatado una batalla legal contra el Paris Saint-Germain al exigir que el club no participe en la próxima edición de la Champions League, al considerar que no ha cumplido con sus obligaciones contractuales. A través de sus abogados, el delantero francés reclama el pago de 55 millones de euros que, según su equipo legal, el PSG le adeuda.
En una conferencia de prensa en París, encabezada por la abogada Delphine Verheyden y acompañada por la madre del futbolista, Fayza Lamari, se anunció que el caso será llevado a instancias civiles, penales y laborales. Además, se solicitó formalmente a la UEFA que revise el estatus del PSG como participante en competiciones europeas, apelando al reglamento que impide a clubes con deudas salariales obtener licencia para competir.
“El PSG no ha cumplido con sus compromisos desde febrero de 2024. Se firmaron contratos y no se han pagado en su totalidad”, aseguró Verheyden, quien calificó la actitud del club como una falta de respeto hacia los derechos laborales y deportivos de su representado. La abogada también confirmó que Mbappé se reunió con la ministra de Deportes de Francia para que se reabra el caso en el ámbito nacional.
El conflicto escaló esta semana cuando Mbappé y su madre interpusieron una denuncia por injurias públicas y solicitaron un embargo preventivo de 55 millones de euros a las cuentas del PSG, que fue aprobado cautelarmente. La audiencia judicial está fijada para el 26 de mayo.
El PSG, por su parte, reaccionó con incredulidad. En un comunicado oficial, el club expresó su desconcierto ante lo que describió como “una historia de un universo paralelo”, subrayando que Mbappé recibió “ventajas legales sin precedentes” durante su estancia en el club. También criticó que el jugador no haya acudido al tribunal laboral correspondiente y defendió que “el respeto, la honestidad y la lealtad” deben prevalecer.
El enfrentamiento entre Mbappé y el PSG no solo pone en juego una suma millonaria, sino que podría tener repercusiones deportivas importantes, incluida la participación del equipo en la Champions. La presión sobre la UEFA y la justicia francesa marca una nueva etapa en una ruptura que ya trasciende lo deportivo.
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