

No dormir lo suficiente puede ser tan perjudicial para el corazón como una mala alimentación o la falta de ejercicio. Así lo advierte la American Heart Association (AHA), que recientemente incorporó el sueño a su lista de factores esenciales para una buena salud cardiovascular.
Los expertos han detectado un aumento de ataques cardíacos y cerebrales tras el cambio al horario de verano, lo que subraya el impacto del descanso en el sistema cardiovascular. Pero no es solo una cuestión de cantidad, también importa la calidad y la regularidad del sueño.
“Dormir bien todas las noches es vital para la salud del corazón”, afirma el Dr. Donald M. Lloyd-Jones, expresidente voluntario de la AHA. Según sus datos, uno de cada tres adultos no duerme entre 7 y 9 horas diarias, que es la recomendación general. Esta carencia puede elevar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, depresión, deterioro cognitivo y obesidad.
Un estudio reciente publicado en el Journal of the American Heart Association respalda esta preocupación. Investigadores descubrieron que dormir a horas variables o descansar de forma irregular aumenta el riesgo de arteriosclerosis, una enfermedad que endurece las arterias y favorece eventos cardiovasculares.
Además, quienes duermen lo suficiente suelen controlar mejor otros factores clave como el peso, la presión arterial y el nivel de azúcar en sangre. Por eso, el buen descanso ya forma parte de los “8 esenciales de la vida” que promueve la AHA para mantener un corazón sano, junto con hábitos como una alimentación equilibrada, actividad física y no fumar.
La falta de sueño también puede afectar seriamente la salud visual. El descanso insuficiente puede provocar sequedad ocular, visión borrosa, sensibilidad a la luz e incluso espasmos oculares. Estos síntomas son comunes en personas que duermen pocas horas o tienen un sueño interrumpido con frecuencia. A largo plazo, la fatiga visual persistente puede agravar problemas existentes, como la miopía, y dificultar tareas cotidianas como conducir o trabajar frente a una pantalla.
Diversos estudios señalan que durante el sueño profundo se regeneran tejidos oculares importantes, se lubrican adecuadamente los ojos y se eliminan toxinas. Cuando este proceso se interrumpe, se puede acelerar el deterioro de la visión. Por eso, dormir bien no solo es una medida preventiva para el corazón, sino también un cuidado esencial para mantener una buena salud ocular.
La buena noticia es que se pueden hacer cambios simples para dormir mejor. La AHA recomienda adoptar rutinas a la hora de acostarse, evitar dispositivos electrónicos antes de dormir, mantener horarios constantes y crear un ambiente propicio para el descanso. También aconseja buscar ayuda médica si existen señales de trastornos del sueño como insomnio o apnea.
“Pequeños cambios en los hábitos diarios pueden mejorar significativamente la calidad del sueño y, con ello, la salud del corazón”, concluye el Dr. Lloyd-Jones.
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