

Estados Unidos activó este miércoles aranceles del 104% a productos chinos, luego de que el gobierno de Beijing se negara a retirar las contramedidas comerciales impuestas en respuesta a gravámenes previos de Washington. La medida, anunciada por la Casa Blanca, marca una nueva escalada en las tensiones comerciales entre ambas potencias.
Según la portavoz de la Casa Blanca, los aranceles adicionales entraron en vigor tras la negativa de China a revertir un gravamen del 34% a productos estadounidenses, una respuesta directa a los aranceles «recíprocos» impulsados la semana pasada por la administración de Donald Trump. Desde Beijing, el gobierno calificó la presión estadounidense como un «chantaje» y advirtió que no cederá ante amenazas unilaterales.
Expectativas de negociación en Wall Street
A pesar del aumento arancelario, los principales índices de Wall Street abrieron al alza tras tres jornadas de pérdidas. El repunte se atribuye a expectativas de que Washington esté dispuesto a negociar ciertos aspectos de las tarifas impuestas. Analistas interpretan este movimiento del mercado como una señal de confianza en una posible desescalada parcial del conflicto.
En ese sentido, el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, informó al Senado que no todas las tarifas propuestas sobre barcos construidos en China serán implementadas, y que las medidas podrían ajustarse para incentivar la construcción naval en suelo estadounidense. “No se van a implementar todas. No se van a apilar todas”, aseguró.
Reacción internacional y posibles consecuencias
La Unión Europea anticipó que podría responder a los nuevos aranceles estadounidenses “a principios de la próxima semana”. En Italia, la primera ministra Giorgia Meloni anunció que viajará a Estados Unidos el 17 de abril para abordar el tema con el presidente Trump. Aunque criticó las tarifas como un error, también pidió evitar una escalada comercial que afecte a las exportaciones italianas.
Los nuevos aranceles de Trump —que incluyen gravámenes de al menos el 10% a importaciones desde casi todos los países— han generado preocupación dentro de Estados Unidos. Una encuesta de Reuters/Ipsos reveló que el 73% de los estadounidenses espera un aumento en los precios de bienes de consumo en los próximos seis meses. Además, el 57% se opone a los nuevos impuestos, incluyendo una cuarta parte de los votantes republicanos.
Implicaciones para los consumidores
La aplicación de tarifas tan elevadas podría encarecer productos básicos y tecnológicos, generando presión sobre el bolsillo de los consumidores estadounidenses. También podría intensificarse la guerra comercial global, con consecuencias para el comercio internacional y la estabilidad económica.
Mientras tanto, Washington y Beijing permanecen enfrentados en una disputa que podría extenderse si no se logra una vía de diálogo que alivie las tensiones.
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