

Jhonny Sergio Antezana Martínez, destacado arquitecto cochabambino, ha dedicado más de tres décadas a moldear el paisaje urbano de la ciudad de Cochabamba con una visión centrada en la sostenibilidad y el bienestar de sus habitantes.
Su pasión por la planificación urbana y su compromiso social lo han convertido en una figura clave en el desarrollo de proyectos de gran impacto, tanto desde la gestión pública como desde la academia. Ahora, Antezana emprende un nuevo reto: integrar las neurociencias a la arquitectura, una tendencia innovadora que promete revolucionar el diseño de espacios en Bolivia y América Latina.
Una carrera al servicio de la ciudad
Graduado de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Antezana ha combinado su labor como docente con una trayectoria destacada en la administración pública. Fue Director de Planificación, Oficial Mayor Técnico, concejal municipal y diputado uninominal, roles desde los cuales impulsó iniciativas para mejorar la calidad de vida a través del urbanismo. En 2020, como candidato a la Alcaldía de Cochabamba por Comunidad Ciudadana, propuso el concepto de «microciudades sustentables», un modelo que busca equilibrar desarrollo integral y cuidado ambiental.
Para Antezana, la planificación urbana trasciende lo técnico: es una herramienta esencial para elevar el bienestar colectivo. Inspirado por sus estudios en España, donde exploró avanzadas estrategias de planificación territorial, ha adaptado conceptos globales a las necesidades locales, consolidándose como un referente en el urbanismo cochabambino.
Neuroarquitectura: el futuro del diseño
Desde hace cinco años, Antezana explora la neuroarquitectura, un campo emergente que analiza cómo los espacios influyen en las emociones, el comportamiento y la cognición humana. En 2024, dio un paso pionero al iniciar una maestría en neurociencias aplicadas al urbanismo y la arquitectura en Cochabamba, la primera de su tipo en Bolivia. «La neuroarquitectura nos ayuda a entender cómo el cerebro responde a los entornos. Un hospital bien diseñado, por ejemplo, puede acelerar la recuperación de un paciente al optimizar luz, colores y distribución», explica.
Uno de sus proyectos más notables es el diseño de un hospital pediátrico de tercer nivel, desarrollado en 2024 junto a colegas de la Facultad de Arquitectura de la UMSS. Este innovador espacio, único en el país, incorpora principios de neuroarquitectura para priorizar el bienestar emocional de los pacientes, promoviendo una recuperación más rápida y reduciendo costos operativos.
Educación y visión de futuro
Antezana aboga por integrar la neurociencia en la formación de arquitectos. Propone que la Facultad de Arquitectura de Cochabamba adopte la neuroeducación para diseñar aulas que estimulen el aprendizaje y la creatividad. «El diseño de espacios debe evolucionar con la ciencia», afirma, convencido de que esta fusión puede transformar la educación y las ciudades.
Su trabajo demuestra que la planificación urbana no se limita a construir infraestructura, sino a reflejar el bienestar de la sociedad. Con una visión que combina neurociencia, arquitectura y urbanismo, Antezana está trazando un camino hacia ciudades más humanas y sostenibles. A medida que Bolivia abraza enfoques innovadores, este arquitecto sigue siendo un líder en la construcción de un futuro que prioriza a las personas.
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