

Rusia y Estados Unidos retomarán el diálogo sobre el conflicto en Ucrania la próxima semana, en lo que será el primer acercamiento formal entre ambas potencias desde el estallido de la guerra en 2022. Así lo anunció este domingo Kiril Dmitriev, emisario ruso para asuntos económicos, tras su visita a Washington, marcando un hito simbólico en medio de la creciente tensión internacional.
En una entrevista con el canal estatal ruso Rossiya 1, Dmitriev afirmó que “se rompió el hielo” y destacó el inicio de “un diálogo respetuoso”. Calificó las conversaciones como “muy positivas y sinceras”, en un momento en que la prolongada guerra en Ucrania y la reciente escalada de ataques a infraestructura energética han intensificado la crisis en la región.
Dmitriev, el primer alto funcionario ruso en pisar suelo estadounidense desde el comienzo del conflicto, subrayó que la Administración de Estados Unidos reconoce la necesidad de restablecer canales de comunicación con Moscú. Además, sugirió que la estrategia occidental de imponer una “derrota estratégica” a Rusia ha perdido fuerza. Sin embargo, moderó su optimismo al citar al portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien habló de un “cauteloso optimismo” frente a este nuevo escenario.
El emisario también acusó a ciertos actores de orquestar una campaña de desinformación en Estados Unidos sobre el rol de Rusia en el conflicto, particularmente en relación con los ataques a instalaciones energéticas. Según Dmitriev, se busca culpar a Moscú de violar una supuesta “tregua energética”, cuando, a su juicio, los responsables son Ucrania y sus aliados. “Hay una desinformación total”, afirmó, señalando intentos de influir en la Administración estadounidense y mencionando al expresidente Donald Trump como una figura clave. “Conocemos a Trump como un líder fuerte y seguro que hace lo correcto”, añadió, expresando su confianza en que este pueda contrarrestar las presiones internas con información veraz.
Este acercamiento podría sentar las bases para una desescalada en Ucrania y mayor estabilidad en Europa del Este, aunque las profundas diferencias entre Washington y Moscú plantean serios desafíos. El éxito de las negociaciones dependerá de la disposición real de ambas partes para ceder terreno en un conflicto que sigue reverberando a nivel global.
Por ahora, la comunidad internacional sigue con atención este incipiente diálogo entre dos gigantes geopolíticos, cuyas decisiones continuarán definiendo el futuro de Ucrania y el equilibrio mundial.
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