

El karateca boliviano Manuel Olguín hizo historia el sábado al conquistar la primera medalla de Bolivia en la Liga Mundial Juvenil de Karate. El joven atleta se adjudicó el bronce en la categoría Cadete Kumite masculino (-63 kg) durante el torneo internacional celebrado en Guadalajara, España, marcando un hito para el deporte nacional.
Olguín destacó en la modalidad de Kumite, un formato de combate que exige técnica y resistencia. Con un desempeño sólido, avanzó con autoridad en las rondas preliminares hasta alcanzar las semifinales. En esta disciplina, los competidores que llegan a esa instancia y no avanzan a la final aseguran automáticamente el bronce, lo que le garantizó un lugar en el podio y un logro sin precedentes para el karate boliviano.
En su camino al tercer puesto, el atleta superó a rivales de países con tradición en el deporte, como Puerto Rico, Países Bajos, Bélgica, España, Grecia y Bulgaria. Su técnica depurada y madurez competitiva sobresalieron entre los 3.029 participantes de 80 naciones que compitieron en el evento.
“Es la primera medalla del karate boliviano en la Liga Mundial Juvenil y la primera vez que Bolivia sube a un podio mundial en esta disciplina. Manuel tuvo un desempeño excepcional”, destacó Kjarol Herrera, presidente de la Federación Boliviana de Karate.
La delegación boliviana en el Karate 1 Youth League estuvo conformada por seis promesas: Sol Sandoval (U21 Kumite, -55 kg), Sebastián Bustamante (Cadete Kumite, -52 kg), Isabel Plata (U21 Kumite, -61 kg), Fiorella Quiroga (kata y kumite, -61 kg), Leonardo Vargas (kata y kumite, -57 kg) y Olguín. Bajo la dirección técnica de Ángel Sánchez y Álvaro Arnéz, el equipo mostró un nivel ascendente. Aunque solo Olguín alcanzó el podio, sus compañeros también dejaron huella al superar varias rondas en sus respectivas categorías.
El bronce de Olguín trasciende el ámbito individual y se erige como un avance histórico para el karate en Bolivia. Este logro no solo posiciona a la disciplina como una de las más prometedoras del país, sino que también podría motivar a futuras generaciones a perseguir la excelencia en la élite mundial.
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