La Cámara de Senadores se encuentra en el ojo de la tormenta tras la inesperada suspensión del tratamiento de la Ley para la suspensión de las elecciones primarias, originalmente programado para este martes. La decisión, que ha generado diversas reacciones, se dio a conocer a través de un comunicado emitido por la Secretaría General del Senado, que difirió la reinstalación de la 180° Sesión Ordinaria para este miércoles 14 de agosto.
El presidente de la Cámara de Senadores, Andrónico Rodríguez, había anunciado previamente un cuarto intermedio de 30 minutos en la sesión, con el objetivo de permitir que las diferentes fuerzas políticas alcanzaran un consenso sobre la normativa a tratar. Sin embargo, en lugar de reanudar la sesión, se decidió postergar el debate hasta el día siguiente. Esta medida ha sido duramente criticada por legisladores de la oposición, quienes cuestionan el liderazgo de Rodríguez en un momento crítico para el Legislativo.
Uno de los principales argumentos de la oposición es que el tiempo para la aprobación de la normativa es limitado, ya que, de no ser sancionada y promulgada antes del 16 de agosto, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se verá obligado a convocar a las elecciones internas. Este escenario, que implicaría la realización de tres procesos electorales en un corto periodo, ha encendido las alarmas en el ámbito político.
La senadora de Comunidad Ciudadana (CC), Andrea Barrientos, no tardó en expresar su descontento, calificando la suspensión como “arbitraria” y sugiriendo que la decisión no provino del presidente del Senado, sino del expresidente Evo Morales. Barrientos advirtió que la credibilidad y el liderazgo de Rodríguez están en juego, exigiendo que se convoque a una nueva sesión lo antes posible.
Desde la bancada de Creemos, el senador Henry Montero también manifestó su preocupación, acusando a Rodríguez de seguir el ejemplo del vicepresidente David Choquehuanca, a quien previamente se ha señalado por no aplicar el reglamento en situaciones similares. Montero lamentó lo que percibe como un intento de boicotear la sesión, lo que podría agravar aún más la tensión en el Legislativo.