Desde la clandestinidad, el exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, acusado de terrorismo y otros delitos, reapareció en un video difundido en redes sociales este domingo. En el mensaje, llamó a las bases del ala “evista” de su partido a continuar la lucha contra el gobierno de Luis Arce y aseguró que no será un blanco fácil, ya que considera que su vida está en riesgo.
“No voy a ser objetivo fácil para que intenten matarme, como han intentado hacerlo con el compañero Evo Morales. No me voy a poner en la mira telescópica de quienes buscan acallar voces críticas”, afirmó Quintana, justificando su decisión de mantenerse oculto. Además, exhortó a sus seguidores a persistir “sin miedo” en la lucha por recuperar la democracia y las libertades públicas, que, según él, han sido vulneradas.
Esta declaración surge días después de que su domicilio en La Paz fuera allanado por la Policía en cumplimiento de una orden judicial. Quintana es señalado por la Procuraduría General del Estado como uno de los responsables del bloqueo de 24 días que afectó al país, dejando pérdidas económicas estimadas en 1.500 millones de dólares.
En el video, el exministro se presenta en un entorno neutro, sin pistas sobre su ubicación. Con un tono desafiante, instó a los movilizados a continuar enfrentándose al gobierno: “No le tengamos miedo al terrorismo de Estado ni al cerco mediático. No hay poder abusivo que dure 100 años”.
Su figura se volvió más polémica durante el conflicto reciente, cuando en una entrevista con Abya Yala afirmó que los bloqueos “se alimentan de sangre” como un “rito de desaparición del poder”.
Quintana, junto con otros dirigentes como Ponciano Santos, enfrenta ahora órdenes de captura en el marco de procesos judiciales que han intensificado las tensiones entre las facciones del MAS y el gobierno central.
Su reapertura pública refleja el creciente desafío político dentro del oficialismo, marcando un nuevo episodio de pugnas internas que amenaza con profundizar la crisis de gobernabilidad en Bolivia.