En medio del creciente aumento en el precio de la carne de res en Bolivia, el Gobierno ha señalado directamente a los intermediarios y comercializadores como los principales responsables de la subida de precios. El ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca, afirmó que estos actores han intentado generar incertidumbre en el mercado, lo que ha impactado negativamente en los costos que enfrenta la población.
“La gente que intermedia y comercializa estos productos ha estado queriendo crear algunas susceptibilidades”, dijo Huanca, quien además indicó que el Gobierno tomará medidas para ejercer un mayor control sobre la situación. Añadió que se coordinarán acciones con los productores para evitar que las distorsiones de precios afecten aún más al consumidor final.
En este contexto, el Gobierno había asegurado previamente que la producción ganadera del país es suficiente para satisfacer la demanda interna, con un excedente exportable de 35.000 toneladas. Esto fue reforzado por la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, quien mencionó que países como Egipto y Chile han mostrado interés en la carne boliviana, lo que podría abrir nuevas oportunidades comerciales a futuro.
Acuerdos para frenar el aumento
Como parte de los esfuerzos para estabilizar el precio de la carne, el ministro Huanca y el ministro de Desarrollo Rural y Tierras firmaron recientemente un acta de acuerdo con la Confederación Nacional de Trabajadores en Carne en Bolivia (Contracabol). Este acuerdo incluye una serie de medidas orientadas a mejorar la transparencia en la cadena de comercialización y combatir prácticas que podrían estar contribuyendo al aumento de precios.
Entre las acciones más relevantes se destacan:
La promulgación de un decreto para combatir el contrabando de carne en las zonas fronterizas.
La creación de un reglamento para los Centros de Remate de ganado, que buscan regular la venta de ganado en pie destinado al consumo.
El incremento de sanciones para aquellos que transporten ganado sin la documentación requerida, con multas que podrían aumentar de Bs 70 a Bs 2.000.
Restricciones en la emisión de guías de movimiento de ganado, limitándolas a empresas y productores acreditados.
Además, los comercializadores de carne se comprometieron a garantizar un suministro regular a la población y a suspender las medidas de presión anunciadas previamente, como los bloqueos o la reducción de ventas.
Con la implementación de estas medidas, se espera que el precio del kilo gancho de carne oscile entre Bs 22 y Bs 24,5, una reducción en comparación con los valores actuales. El Gobierno ha señalado que evaluará de manera constante el cumplimiento de estos acuerdos, y en un plazo de 30 días revisará la situación de la exportación de carne, en función de los resultados obtenidos.
Implicaciones para los consumidores
El incremento en el precio de la carne afecta de manera directa al bolsillo de los consumidores, especialmente en un contexto de inflación alimentaria. Las acciones anunciadas por el Gobierno buscan equilibrar el mercado interno y garantizar que los intermediarios no continúen influyendo negativamente en los precios. Sin embargo, la situación seguirá siendo monitoreada de cerca por las autoridades, quienes han dejado claro que tomarán medidas adicionales si es necesario.
El debate sobre cómo balancear el mercado interno y las oportunidades de exportación también será un tema clave en los próximos meses, ya que tanto productores como comercializadores enfrentan retos para cumplir con la demanda local y aprovechar el interés internacional.