El expresidente Evo Morales no escatimó en palabras para calificar como una “traición” la reciente decisión del vicepresidente David Choquehuanca de consultar al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) sobre la validez de las leyes aprobadas el pasado jueves por la Asamblea Legislativa, presidida por el senador Andrónico Rodríguez.
En su programa dominical, Morales expresó que esta acción de Choquehuanca representa una triple traición: al pueblo boliviano, al movimiento indígena aimara y a la Asamblea Legislativa. Criticó duramente la legitimidad de los magistrados consultados, argumentando que “ya no son magistrados, sino exmagistrados autoprorrogados”.
“Creo que David va a pasar a la historia como el peor vicepresidente. Es peor que su primo Víctor Hugo Cárdenas. Irse contra la Asamblea, estando como presidente nato de la misma, es gravísimo. ¿En qué mundo estamos?”, manifestó el también presidente de los cocaleros del trópico de Cochabamba con evidente indignación.
La controversia gira en torno a la Ley 075, que cesa a los magistrados del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional. Morales advirtió que la consulta podría terminar en manos de los mismos magistrados que votaron por su autoprórroga, una situación que describió como “una locura porque serían juez y parte en su propio caso”.
Ante este panorama, anunció que en el congreso del MAS evista de este lunes se tomarán acciones políticas en defensa de la Constitución y del Órgano Legislativo, considerado el primer poder del Estado. Esta respuesta surge frente a los fallos y resoluciones constitucionales que, según Morales, han despojado a la Asamblea de sus facultades de fiscalización y aprobación de leyes.
En una dura crítica a la gestión actual, Morales comparó el gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca con las dictaduras militares, acusándolos de no respetar la Constitución ni la Asamblea. “No encuentro una explicación para tanta desesperación de ambos mandatarios”, afirmó.
En un giro inesperado, Morales sugirió que la consulta de Choquehuanca fue una instrucción directa del presidente Luis Arce desde Rusia, con el fin de “quemar” políticamente al vicepresidente y desmarcarse de la solicitud de revisión constitucional de las leyes aprobadas el pasado jueves. “David está enterrado con el tema, en contra de su propia Asamblea, ni siquiera en contra del pueblo boliviano”, añadió dirigente político, recordando la larga colaboración que tuvo con Choquehuanca durante su presidencia, cuando este último se desempeñaba como canciller del Estado.
La postura del expresidente y líder histórico del Movimiento Al Socialismo deja claro que la pugna por el control y la dirección del partido está lejos de resolverse, abriendo un nuevo capítulo de incertidumbre en la política boliviana.