En un breve contacto con la prensa boliviana a su llegada a Santa Cruz, el presidente brasileño, Lula Da Silva, expresó el compromiso de Brasil de apoyar a Bolivia en diversas áreas, incluyendo la transferencia de tecnología, la agricultura, la exploración de minerales y la creación de hidrovías. Destacó la importancia de fortalecer y cuidar las relaciones bilaterales, subrayando los más de 3,000 kilómetros de frontera compartida entre ambos países.
“Estamos interesados en ayudar en la exploración de minerales, en beneficio de Bolivia, en el gas, en hacer hidrovías”, señaló Da Silva, enfatizando la necesidad de luchar por la integración de todos los países de América del Sur para lograr una transformación significativa.
Da Silva arribó este lunes frío al país en el marco de una visita oficial que incluye a más de 100 empresarios con el objetivo de sellar acuerdos para apuntalar el comercio exterior. Además, tiene programadas reuniones con el presidente Luis Arce, participará en un foro empresarial y firmará una nueva adenda al contrato de venta de gas con la estatal brasileña Petrobras, extendiendo el acuerdo más allá del 2026.
La agenda de Lula en Santa Cruz incluye un foro empresarial donde los empresarios de ambos países discutirán temas para reforzar los vínculos comerciales y productivos. La llegada de numerosos empresarios brasileños es vista como una señal de estabilidad y certeza en la economía boliviana.
Según un comunicado del Viceministerio de Comunicación, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) busca ampliar el contrato de venta de gas con Petrobras, y se espera que la empresa brasileña participe en el desarrollo de nuevos proyectos de exploración y explotación de gas en Bolivia.
El ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, y su homólogo brasileño, Alexandre Silveira, se reunieron en Santa Cruz como parte de los preparativos para el encuentro entre los gabinetes ministeriales de los dos presidentes, consolidando así la cooperación energética entre ambos países.
La visita de Lula Da Silva, quien regresa a Bolivia después de 15 años, transcurrió sin incidentes, evidenciando la solidez de las relaciones bilaterales y el optimismo compartido por futuros proyectos conjuntos.