DW.- El barco Resilient Africa salió este martes cargado con 3.000 toneladas de trigo del puerto de Chornomorsk, en la región ucraniana de Odesa, convirtiéndose así en el primer navío civil que desafía al bloqueo militar declarado por Rusia en el Mar Negro el pasado 20 de julio.
“El barco Resilient Africa con 3.000 toneladas de trigo ha salido del puerto de Chornomorsk y se dirige al Bósforo”, ha escrito en su cuenta de la red social X (antigua Twitter) el ministro ucraniano de Infraestructuras, Oleksandr Kubrakov.
Otro barco comercial, el Aroyat, se encuentra en el puerto de Chornomorsk cargado de trigo que tiene como destino Egipto. Los cargueros Resilient Africa y Aroyat, ambos con bandera de la república-archipiélago de Palau, en Oceanía, entraron juntos en el Mar Negro la semana pasada a través del Bósforo para cargar cerca de 20.000 toneladas de grano que han de ser exportadas a África y Asia.
Kubrakov explicó el pasado sábado que los dos cargueros son “los primeros barcos civiles que utilizan el corredor temporal para llegar a puertos ucranianos”. El ministro de Infraestructuras ucraniano ha escrito este martes en X que ese corredor ha sido “establecido por la Armada ucraniana”.
Rusia dio por terminado a mediados de julio el acuerdo por el que durante un año se comprometió con Turquía y la ONU a permitir la navegación de barcos destinados a la exportación de cereal de tres puertos ucranianos de la región de Odesa. Días después de comunicar su salida del acuerdo, la Federación Rusa anunció que consideraría objetivo militar legítimo, en tanto que sospechoso de transportar material de guerra, todo barco que entrara en el Mar Negro y se dirigiera a puertos ucranianos.
Ucrania respondió con una declaración recíproca e intensificó los ataques a barcos militares rusos en el Mar Negro. Drones y misiles ucranianos han dañado varios buques rusos en las últimas semanas, poniendo en cuestión el dominio del Mar Negro por parte de la Federación Rusa.
El restablecimiento de la navegación comercial dedicada a exportaciones agrícolas desde puertos ucranianos sin el acuerdo de Rusia supone un nuevo desafío para la hegemonía marítima rusa.