La Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) ha dado un nuevo golpe al narcotráfico en Bolivia, al localizar y destruir dos megalaboratorios de clorhidrato de cocaína en la localidad de San José de Angosta, en el municipio de Villa Tunari, Cochabamba. Las instalaciones, valoradas en 550.000 dólares, fueron descubiertas gracias a un operativo de inteligencia que, a pesar de la complejidad del terreno, logró afectar significativamente las operaciones de los narcotraficantes en la región.
El viceministro de Defensa Social, Jaime Mamani, informó que los laboratorios fueron ubicados en una zona de difícil acceso, lo que impidió la detención de los operadores. “La destrucción del primer laboratorio causó una pérdida de 350 mil dólares al narcotráfico, mientras que el segundo representó una afectación de 200 mil dólares adicionales”, detalló Mamani.
Los operativos se llevaron a cabo los días 10 y 11 de agosto, pero el reporte se mantuvo en reserva hasta que se aseguró la seguridad de los efectivos. Además de Umopar, en la intervención participó un representante de la Fiscalía.
Según el reporte de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), la ubicación precisa de los laboratorios se logró mediante el cruce de datos obtenidos por los grupos de inteligencia, lo que permitió planificar la operación de manera efectiva. Los laboratorios estaban situados a varias horas de navegación por el río Muleto, seguidas de dos horas de caminata por un terreno accidentado y cubierto de vegetación, lo que dificultaba su detección desde el aire.
Los narcotraficantes contaban con un sistema de comunicación sofisticado que les permitió alertarse de la incursión policial, lo que facilitó su fuga antes de que las fuerzas del orden llegaran a la zona. Según Mamani, en cada uno de los laboratorios se podrían haber empleado hasta 30 personas, dado el nivel de infraestructura y la capacidad de producción, estimada en 150 a 200 kilos de clorhidrato de cocaína al día.
Las instalaciones estaban equipadas con ocho áreas específicas para el procesamiento de la droga, incluyendo zonas para la dilución de sustancias, filtrado, secado, y almacenamiento tanto de materiales sólidos como líquidos. Los laboratorios también contaban con áreas de recreación, dormitorios y generadores de luz, evidenciando un alto grado de organización y capacidad operativa.
Este operativo es parte de los esfuerzos continuos del gobierno boliviano para combatir el narcotráfico de manera “transparente y frontal”, según destacó Mamani, quien reafirmó el compromiso de las fuerzas de seguridad para mantener la presión sobre las organizaciones criminales en todo el territorio nacional.