Los vecinos de Bajo Llojeta, en La Paz, enfrentan nuevamente una situación de emergencia tras el desborde del río Pasajahuira provocado por una torrencial lluvia registrada la noche de este lunes. Según Unitel, algunas viviendas fueron afectadas, reavivando el temor de un desastre similar al ocurrido hace menos de dos meses.
El 23 de noviembre, una mazamorra afectó gravemente a tres barrios de la zona, dejando una niña de cinco años fallecida y decenas de familias damnificadas. Este nuevo evento ha puesto en alerta a la comunidad, que teme una repetición del desastre.
Cierre de vías principales por seguridad
Ante el incremento del caudal del río Pasajahuira en Bajo Llojeta, la Alcaldía de La Paz decidió cerrar las avenidas Costanera y Los Sargentos, dos arterias clave que conectan el centro de la ciudad con la zona sur y El Alto.
“La avenida Costanera fue cerrada para evitar riesgos, ya que el río creció de forma alarmante”, explicó Jeyson Muñoz, responsable del Centro Municipal de Monitoreo. Por su parte, la avenida Los Sargentos quedó intransitable debido a la acumulación de agua y lodo. Las autoridades municipales han iniciado trabajos de limpieza y refuerzo para habilitar las vías lo antes posible.
Conflictos legales y responsabilidades en disputa
El desastre anterior en Bajo Llojeta derivó en un conflicto legal entre la Alcaldía paceña y la empresa Kantutani, acusada de realizar movimientos de tierra irregulares en el Cementerio Los Andes, lo que habría contribuido a la tragedia.
Kantutani argumenta que las obras contaban con autorización del municipio de Achocalla. Sin embargo, la Alcaldía de La Paz sostiene que la empresa debe asumir responsabilidad por los daños ocasionados. El alcalde de Achocalla, Manuel Condori, actualmente cumple prisión preventiva en Patacamaya por avalar los trabajos, mientras que el propietario de Kantutani, Luis Enrique Iturralde, enfrenta cargos por peligro de estrago, homicidio culposo y daño calificado.
Incertidumbre y demanda de soluciones
Aunque la Alcaldía ha instalado gaviones para contener el río, los vecinos permanecen en estado de alerta ante la posibilidad de nuevas lluvias. “Confiamos en las obras realizadas, pero el miedo siempre está presente”, expresó un residente de la zona.
Las autoridades han pedido a la población y a los conductores evitar las vías afectadas mientras continúan las labores de mitigación. Este nuevo episodio pone de relieve la vulnerabilidad de Bajo Llojeta y la necesidad de implementar soluciones definitivas que protejan a los vecinos y eviten futuras tragedias.