Infobae.- El denominado Clásico de los Millones entre Flamengo y Vasco da Gama tiene el condimento de que el partido se comienza a jugar varias horas antes en las calles de Río de Janeiro. La décima jornada del Campeonato Carioca midió una vez más a los dos clubes con mayor hinchada del país pero lamentablemente no todo fue alegría en las inmediaciones del estadio Maracaná: las torcidas se encontraron en distintos sectores de la ciudad y hubo numerosos conflictos aislados que dejaron siete heridos de gravedad y un muerto.
Las redes sociales se inundaron de imágenes del conflicto donde se apreció los movimientos de las hinchadas en busca de sus rivales y puntos de contacto con fuegos artificiales como armamento. Además dentro de las víctimas que fueron internadas en el Hospital Souza Aguiar, uno sigue bajo observación por su estado crítico. Identificado como Bruno Macedo dos Santos, el simpatizante no respondió de manera positiva a los tratamientos y falleció en la mañana del lunes en la clínica.
Carlos Henrique da Silva Ferreira, de 34 años, es el otro principal perjudicado y un video suyo sin ropa en medio de la calle luego de ser golpeado circula en las redes sociales. “Mi madrina lo identificó por la filmación y fue a mostrármela. Le quitaron la cartera, las llaves de la moto, todo. Llegó aquí sin ninguna identificación. Es muy difícil saber que un hijo nuestro está en una situación así, en la ignorancia. Banalizaron la vida de los seres humanos hasta este punto”, declaró la madre en charla con Bom Dia, Rio.
Las autoridades informaron que los agentes secuestraron cerca de 50 trozos de madera, nueve barras de hierro, cinco bombas caseras, fuegos artificiales, punzones y artefactos explosivos. Con la llegada de la policía, una persona fue detenida y los otros delincuentes consiguieron huir del lugar. Los incidentes se estiraron hasta los pasillos del estadio Maracaná aunque de manera más leve: hubo encuentros entre las dos parcialidades pero sin heridos de gravedad gracias a la rápida acción de la seguridad. La Policía Militar desplegó un total de 600 oficiales para intentar controlar la situación que por momentos estuvo descontrolada y recibió el apoyo del cuerpo de bomberos.