En el Día de la Lucha Contra la Malaria en las Américas, el Ministerio de Salud y Deportes informó sobre una significativa reducción en la transmisión de malaria en Bolivia, pasando de 150 municipios afectados en 1998 a solo 19 en 2023. Esta reducción es el resultado de un trabajo coordinado entre autoridades de salud y gobiernos locales, enfocado en los departamentos de Beni, Pando y La Paz.
Actualmente, la mayoría de los municipios afectados se encuentran en Pando (14 municipios), seguidos de Beni (4 municipios) y uno en La Paz. Entre los municipios específicos se destacan Riberalta y Guayaramerín en Beni, y Ixiamas en La Paz, donde se concentran los esfuerzos de vigilancia, prevención y tratamiento de la malaria.
Las autoridades de salud han implementado acciones intensivas para combatir la enfermedad, como la distribución de mosquiteros impregnados con insecticida y el rociado de insecticidas en viviendas. Además, se han destinado más de 4,3 millones de bolivianos en equipo y transporte para facilitar el diagnóstico y tratamiento oportuno en las comunidades más vulnerables, especialmente aquellas dedicadas a la recolección de castaña.
Entre el equipamiento entregado se incluyen camionetas, motocicletas, deslizadores y otros recursos que refuerzan la capacidad de respuesta en zonas de difícil acceso. También se están formando brigadas móviles para apoyar en áreas rurales y de recolección, asegurando la cobertura y el tratamiento en menos de 24 horas tras la detección de nuevos casos.
Para este año y el primer trimestre de 2025, el Ministerio de Salud planea distribuir 115,000 mosquiteros adicionales en los municipios endémicos, buscando así reducir aún más la transmisión local de malaria.
La malaria, una enfermedad transmitida por mosquitos infectados, afecta a personas de todas las edades, y en Bolivia impacta especialmente a la población activa en zonas rurales. Los síntomas principales son fiebre, escalofríos y dolor de cabeza, que suelen aparecer entre 10 y 15 días después de la picadura. A nivel mundial, la prevención de la malaria se basa en estrategias como el uso de mosquiteros y el rociado de insecticidas en áreas de alto riesgo.
El esfuerzo sostenido del gobierno boliviano y las autoridades locales representa un paso importante hacia la erradicación de la malaria en el país, garantizando una mejor calidad de vida para las comunidades afectadas y avanzando en la protección de la salud pública.