Este viernes, a las 16:00, se reinstalará en La Paz el “Diálogo Nacional por la Economía y la Producción”, un espacio convocado por el Gobierno y liderado por el presidente Luis Arce para abordar la situación económica del país. Sin embargo, la reunión se produce en un ambiente de creciente tensión, marcado por el rechazo del sector privado a una propuesta del denominado “gabinete social” que sugiere que el Banco Central de Bolivia (BCB) controle las divisas de los exportadores.
Desde el primer encuentro del miércoles en la Casa Grande del Pueblo, las organizaciones empresariales manifestaron su descontento con la iniciativa, calificándola de contraproducente para la economía nacional. La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) expresó en un comunicado su enérgico rechazo a la medida, demandando mayor seriedad en la formulación de propuestas para enfrentar la crisis económica.
El sector exportador, uno de los más afectados por la propuesta, se reunió de emergencia el jueves para analizar la situación. Danilo Velasco, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), advirtió que el control de divisas podría provocar una drástica caída en las exportaciones, llevando al cierre de empresas, aumento del desempleo, informalidad y una eventual migración de inversiones hacia otros países de la región.
Oswaldo Barriga, vicepresidente de la Caneb, recordó la fallida experiencia de la década de los 80, durante el gobierno de la Unidad Democrática y Popular (UDP), cuando se decretó la entrega al Estado del 100% de las divisas provenientes de exportaciones. Según Barriga, ese episodio histórico debería servir de lección para evitar repetir errores que podrían agravar la situación económica actual.
El rechazo también se extendió al sector industrial. La Cámara Nacional de Industrias (CNI) declaró un estado de emergencia nacional, alertando sobre un posible colapso del aparato productivo si se aprueba la medida. Según la CNI, las consecuencias serían devastadoras: paralización de la producción en los nueve departamentos del país, desabastecimiento de bienes esenciales y el incumplimiento de contratos de exportación industrial.
Jaime Hernández, gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), enfatizó que las restricciones propuestas por el Gobierno solo han generado más problemas en lugar de soluciones. Según Hernández, la limitación en el acceso a la biotecnología y las recientes restricciones a las comisiones bancarias han tenido efectos negativos en la economía, como la escasez de dólares y euros en el mercado.
Analistas y economistas advierten que la fórmula planteada por el “gabinete social”, impulsada principalmente por la Central Obrera Boliviana (COB), podría replicar fracasos recientes observados en países como Argentina y Venezuela. Frente a este panorama, la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia advierte que los efectos podrían extenderse más allá del sector exportador, afectando ingresos por turismo, provocando la fuga de capitales y aumentando la incertidumbre financiera.
La reinstalación del diálogo entre el Gobierno y los empresarios privados se anticipa como un momento crucial para el futuro económico de Bolivia. Con posiciones fuertemente enfrentadas, el desenlace de este proceso será determinante para el rumbo que tomará la política económica del país en los próximos meses.