EFE.- La diputada regional de Río de Janerio Lúcia Helena Pinto fue suspendida de su cargo este lunes en el marco de una operación policial en la que también registraron su gabinete por supuestos vínculos con un poderoso grupo parapolicial.
La Justicia determinó la suspensión “inmediata” de sus funciones legislativas y le prohibió “mantener contactos con determinados agentes públicos y políticos”, así como “asistir” a la Asamblea Legislativa del Estado de Río, según informó la Policía Federal en una nota.
Las autoridades brasileñas sostienen que la legisladora de 63 años, conocida como ‘Lucinha’, y su asesora participaron de forma “activa” para “atender los intereses” de una de las mayores y más violentas bandas parapoliciales de Río.
Los grupos parapoliciales está integrados por agentes y exagentes corruptos y han impuesto un régimen de terror en algunos barrios de Río, donde cometen homicidios y extorsionan a los habitantes a través del cobro de “impuestos” por servicios como el transporte, la compra de pipetas de gas o hasta el acceso a internet.
También se han convertido en los distribuidores de drogas ilícitas y armas de fuego en los barrios que controlan.
En este caso, la investigación apunta que ‘Lucinha’, del Partido Social Democrático (PSD), forma parte del “núcleo político” de la milicia liderada por Luis Antônio da Silva Braga, alias ‘Zinho’, uno de los criminales más buscados de Río.
La Policía descubrió que los cabecillas de ese grupo criminal, que opera principalmente en la zona oeste de Río, se referían a la congresista regional investigada como “Madrina”.
En el operativo de este lunes, cerca de 40 policías federales cumplieron ocho órdenes de registro y allanamiento en tres barrios de la zona oeste de Río, cuna política de ‘Lucinha’, así como en el gabinete de esta en la cámara legislativa.
“La acusación es muy grave. Estamos combatiendo de manera muy fuerte la seguridad pública, que es caótica en Río. Estamos tratando de mejorarla a través de esfuerzos conjuntos”, señaló al portal ‘G1’ el presidente de la Asamblea de Río, Rodrigo Bacellar.
Los constantes tiroteos entre bandas rivales de narcotraficantes y entre estas y milicianos con la Policía han convertido a Río de Janeiro en una de las ciudades más violentas de Brasil.