AP.- El ejército israelí se retiró del principal hospital de Gaza el lunes de madrugada tras una operación de dos semanas en que afirmó haber matado a unos 200 milicianos y detenido a centenares más. Residentes palestinos dijeron que los soldados dejaron a su paso cadáveres y un gran rastro de destrucción.
El ejército ha descrito la operación en el Hospital Shifa como una de las más exitosas en los casi seis meses de guerra. Pero se llevó a cabo en un momento de creciente frustración en Israel, con decenas de miles de personas protestando contra el primer ministro Benjamín Netanyahu el domingo y exigiendo que haga más para traer a casa a decenas de rehenes retenidos en Gaza. Fue la protesta antigubernamental más grande desde el comienzo de la guerra.
Los combates demostraron que Hamás aún puede oponer resistencia incluso en una de las zonas más castigadas. Israel informó que había desmantelado en gran medida a Hamás en el norte de Gaza y había retirado miles de tropas a finales del año pasado, dejando un vacío de seguridad que ha dificultado la entrega de la ayuda humanitaria que se necesita desesperadamente.
Un segundo envío de ayuda alimentaria llegó por mar el lunes en la prueba más reciente de una nueva ruta marítima desde la nación insular mediterránea de Chipre. Uno de los tres barcos podía verse frente a la costa y el ministro de Relaciones Exteriores de Chipre, Constantinos Kombos, dijo que habían recibido permiso para descargar. El mecanismo preciso de entrega aún no estaba claro.
El ejército aseveró que entre los muertos en Shifa se encontraban altos funcionarios de Hamás y otros milicianos que se reagruparon allí después de una incursión anterior en noviembre, y que se apoderaron de armas e inteligencia valiosa.
La agencia de salud de Naciones Unidas reportó que más de 20 pacientes habían muerto y docenas estuvieron en peligro durante el asalto, que llevó aún más destrucción a un hospital que ya no estaba operativo en su mayor parte.