La Novena División del Ejército, ubicada en Villa Tunari, fue asediada este domingo por seguidores de Evo Morales, luego de que el líder cocalero denunciara un supuesto intento de aprehensión violenta en su contra. En un video ampliamente difundido en redes sociales, se observa a una mujer increpando al personal militar desde la entrada del cuartel: “¡Los del cuartel son cómplices!”, reclamó airadamente, exigiendo explicaciones.
El momento de mayor tensión se vivió cuando los manifestantes confrontaron a un soldado armado que custodiaba el acceso y que intentaba contener a la multitud sin recurrir a la fuerza. “Apártense, por favor, no va a pasar nada”, repetía el militar, mientras un helicóptero sobrevolaba el área, aumentando la incertidumbre y la tensión entre los manifestantes, quienes acusaban al personal militar de intentar detener a Morales, líder del Movimiento. Al Socialismo (MAS).
El asedio comenzó luego de que Morales publicara un video en sus redes sociales denunciando que los vehículos en los que se trasladaba fueron atacados con disparos y que él mismo estuvo a punto ser aprehendido. En la grabación se observa a Morales, sentado junto al conductor, hablando por teléfono mientras una mujer le advierte: “Presidente, agáchate. Van a disparar”.
Reacciones en la región y en redes sociales
Simultáneamente, otro grupo de simpatizantes de Morales se congregó en la base de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) en Chimoré para mostrar su apoyo y protestar contra lo que consideran una persecución del Gobierno. Las imágenes y videos del asedio en Villa Tunari y la denuncia de Morales se han viralizado, provocando reacciones mixtas en redes sociales. Mientras algunos sectores apoyan la movilización, otros interpretan el suceso como una señal de escalada en la crisis política y social que atraviesa Bolivia.
Hasta el momento, el Gobierno no ha emitido una respuesta oficial a las acusaciones de Morales, aunque la situación genera serias preocupaciones sobre la estabilidad en el trópico cochabambino, una región históricamente vinculada al MAS y a su líder. Los analistas advierten que este tipo de enfrentamientos podría agudizar las tensiones entre el Estado y los sectores cocaleros, quienes exigen una explicación sobre los últimos acontecimientos.