El sector forestal boliviano prevé cerrar 2024 con una balanza comercial favorable, consolidando un crecimiento sostenido que superó todas las expectativas. La Cámara Forestal de Bolivia (CFB) proyecta exportaciones cercanas a los 90 millones de dólares, marcando un aumento significativo frente a los 71,8 millones registrados hasta septiembre, cifra que representa un crecimiento del 15,2 % respecto al mismo periodo de 2023.
Pedro Colanzi, presidente de la CFB, atribuyó este desempeño a la resiliencia del sector frente a diversos desafíos económicos, políticos y sociales, tanto a nivel nacional como internacional. “Estos resultados reflejan la capacidad del sector para adaptarse y mantener una balanza comercial positiva, incluso en un contexto adverso”, señaló.
Menor dependencia de importaciones
El repunte de las exportaciones forestales estuvo acompañado por una drástica disminución en las importaciones, que cayeron un 26,2 %. Hasta septiembre, Bolivia importó productos forestales por 32,2 millones de dólares, frente a los 43,6 millones registrados en el mismo periodo de 2023. Esta combinación de factores permitió que la balanza comercial del sector permaneciera en terreno positivo.
China consolidó su posición como principal destino de las exportaciones forestales bolivianas, con un incremento del 55 %, equivalente a 23,2 millones de dólares. Otros mercados clave, como Estados Unidos y Brasil, también mostraron crecimientos destacados del 14 % (16,8 millones de dólares) y 65,7 % (4,3 millones de dólares), respectivamente.
Entre los productos exportados, los bienes elaborados, como pisos, molduras, puertas, ventanas, muebles, tableros y láminas, lideraron las ventas, representando el 63,5 % del total. Los productos semielaborados abarcaron el 36,5 % restante.
Por otro lado, Brasil se mantuvo como principal proveedor de productos forestales para Bolivia, aunque sus envíos disminuyeron un 28,8 %, totalizando 22 millones de dólares. China, el segundo mayor proveedor, registró una caída del 13,1 %, equivalente a 4 millones de dólares.
El 2024 estuvo marcado por serios obstáculos para el sector forestal, incluidos la escasez de diésel, bloqueos que interrumpieron las actividades y una crisis económica nacional que afectó el consumo interno. A pesar de ello, según Colanzi, la industria demostró fortaleza y capacidad de adaptación. “Las exportaciones han superado nuestras expectativas iniciales, evidenciando un crecimiento sostenido a lo largo del año”, destacó.
Optimismo para 2025
De cara a 2025, el panorama político y económico se vislumbra complicado, pero la CFB mantiene una visión optimista sobre el futuro del sector. Colanzi subrayó que la industria maderera seguirá siendo un motor clave de la economía nacional, generando empleo y promoviendo el uso sostenible de los recursos forestales. “Si esta tendencia positiva se mantiene, los beneficios no solo impulsarán al sector, sino que también tendrán un impacto significativo en toda la economía del país”, concluyó.
El cierre de 2024 con una balanza comercial positiva reafirma el papel estratégico del sector forestal en la economía boliviana. Más allá de los desafíos, el sector ha demostrado su capacidad para consolidarse como un pilar esencial para el desarrollo nacional y un ejemplo de resiliencia económica.