El municipio paceño de Luribay enfrenta graves consecuencias tras una nueva riada provocada por las intensas lluvias de los últimos días, que causaron la crecida del río local. La fuerza del agua destruyó defensivos y devastó cultivos clave de la región, como duraznos, tomates y lechugas, poniendo en riesgo la economía local y la seguridad alimentaria de la zona.
Los pobladores, sin acceso a maquinaria pesada debido a que esta quedó inutilizada bajo el agua, trabajan manualmente con picos y palas para despejar caminos y habilitar la vía principal que conecta Luribay con otras regiones. La obstrucción de estas rutas ha dificultado la salida de la producción agrícola y el traslado de bienes básicos.
Según datos de la Gobernación de La Paz, en Luribay hay 48 comunidades afectadas y 1.400 familias damnificadas. La situación se replica en otros municipios, como Achacachi, con 87 comunidades y 21.649 familias afectadas, de las cuales 4.464 son damnificadas. También en Umala, 31 comunidades y 780 familias sufren los impactos de las lluvias, mientras que La Asunta y Guanay reportan afectaciones en menor escala pero igualmente preocupantes.
La emergencia climática en estas regiones subraya la necesidad de una respuesta inmediata. Los habitantes demandan apoyo en maquinaria, alimentos y soluciones a largo plazo para proteger sus cultivos y viviendas frente a futuros desastres. Por ahora, la resiliencia comunitaria es la principal herramienta frente a esta crisis.