Las remesas enviadas por los bolivianos en el exterior disminuyeron un 11% entre enero y septiembre de 2024, en comparación con el mismo periodo de 2023, según datos del Banco Central de Bolivia (BCB). Esta caída refleja los impactos de la incertidumbre económica global y las dificultades en los países donde residen los migrantes.
En septiembre de 2024, Bolivia recibió $us 100,44 millones en remesas, un 2% menos que en agosto. Con este monto, el acumulado en los primeros nueve meses del año llegó a $us 948,47 millones. Para igualar los $us 1.436,54 millones registrados en 2023, las remesas del último trimestre deberían superar los $us 488 millones, un reto considerable dado que el promedio mensual hasta septiembre ha sido de solo $us 105,39 millones.
España lidera como el mayor emisor de remesas hacia Bolivia, con el 37% del total recibido en septiembre, seguido de Estados Unidos (20%) y Chile (16%). Otros países, como Brasil, Argentina e Italia, completan la lista de contribuyentes.
Factores de la disminución
Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, atribuye esta baja a la inestabilidad económica global y las condiciones desfavorables en los países donde residen los migrantes bolivianos. “Nuestros compatriotas enfrentan desafíos económicos significativos en el extranjero, lo que afecta su capacidad para enviar dinero a sus familias en Bolivia”, señaló.
Otro factor que influye en la reducción de remesas es la escasez de dólares en Bolivia, que ha llevado a los remitentes a buscar alternativas para transferir dinero. Romero señaló que algunos han optado por criptomonedas y plataformas digitales, lo que podría estar distorsionando las estadísticas oficiales. “El entorno actual no solo impacta en cuánto dinero se envía, sino también en las vías utilizadas para estas transferencias”, explicó.
La falta de dólares en el país ha provocado que los migrantes busquen alternativas tecnológicas para enviar dinero. Según Romero, el uso de criptomonedas y plataformas digitales refleja una respuesta a las restricciones del sistema financiero formal, aunque plantea desafíos regulatorios y de confianza.
Romero destacó que, aunque las remesas son una fuente importante de divisas que contribuyen a las Reservas Internacionales Netas (RIN) del país, su impacto es menor en comparación con otros ingresos externos, como las exportaciones, la inversión extranjera directa y los desembolsos de deuda internacional. Estos rubros también han mostrado caídas este año, afectadas por conflictos políticos, sociales y la falta de aprobación de créditos en la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Impacto en la economía familiar y nacional
La caída en las remesas afecta tanto a las familias que dependen de estos recursos como a la capacidad del país para acumular reservas internacionales. En un contexto de restricciones económicas y políticas, equilibrar el flujo de divisas se convierte en un desafío crítico.
Para alcanzar cifras similares a las de 2023, Bolivia necesita un repunte significativo en las remesas durante el último trimestre. Sin embargo, las condiciones actuales pintan un panorama complejo, que exige medidas concretas para estabilizar tanto la economía local como los mecanismos de recepción de remesas.