Infobae.- El régimen nicaragüense de Daniel Ortega, congeló varias cuentas bancarias personales de sacerdotes de distintas diócesis del país.
El accionar de la dictadura sandinista fue denunciado vía Twitter por la abogada nicaragüense en el exilio Martha Patricia Molina, quien expresó su preocupación por que esta medida “se extienda a más sacerdotes y laicos”.
Molina aseguró que cuando algunos sacerdotes de las Diócesis de los municipios de Granada, Jinotega, Estelí y León intentan acceder a sus cuentas bancarias personales se encuentran con un mensaje que les advierte de que su “usuario está bloqueado”.
Así lo confirmaron desde al anonimato algunos de los sacerdotes afectados por el bloqueo al diario nicaragüense La Prensa. Por el momento, la banca no se ha pronunciado respecto a las restricciones denunciadas.
Desde 2018, se han contabilizado al menos 529 ataques del régimen de Ortega-Murillo contra la Iglesia, según el informe “Nicaragua, ¿Una Iglesia perseguida?” publicado por Martha Patricia Molina. Del total, 90 ataques se han producido este 2023, atendiendo al mismo informe.
Bloqueo a tres diócesis
Esta acción de la dictadura de Ortega se suma a la del pasado 27 de mayo cuando congeló las cuentas bancarias de al menos tres de las nueve diócesis de la Iglesia católica nicaragüense.
Las diócesis con sus cuentas bancarias restringidas son las de Managua, que preside el cardenal Leopoldo Brenes, y las de Matagalpa y Estelí, a cargo del obispo encarcelado Rolando Álvarez, quien en febrero pasado fue condenado a más de 26 años de prisión por delitos considerados “traición a la patria”, dijeron a la agencia EFE fuentes religiosas.
Para entonces, la abogada Martha Patricia Molina publicó capturas de pantallas sobre intentos de transferencias bancarias a las cuentas de la Arquidiócesis de Managua, sin éxito.
“Verifique que la cuenta ingresada esté correcta e intente de nuevo”, “Su transferencia no ha podido realizarse”, “Cuenta no válida”, son, entre otros, los mensajes que se leen al intentar hacer una transferencia en las cuentas de la Arquidiócesis de Managua, según Molina.
Entretanto, la Policía Nacional investiga al sacerdote Jaime Montesinos por supuestamente cometer actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación de la nación, de conformidad con el artículo 1 de la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía, la Autodeterminación y la Paz.
El religioso es párroco de la iglesia Juan Pablo II del municipio de Sébaco, departamento de Matagalpa, la diócesis que dirige el obispo Álvarez.
La Policía también investiga a otros dos sacerdotes por “asuntos administrativos” de la disuelta Cáritas Diocesana de Estelí, norte de Nicaragua, que también administra Álvarez.
Para el dirigente opositor nicaragüense desnacionalizado Félix Maradiaga, “el bloqueo de las cuentas bancarias de varias diócesis de la Iglesia católica en Nicaragua es un acto extremo de agresión y de persecución a la Iglesia”.
“Es, además, una declaración explícita de las verdaderas aspiraciones de la dictadura: callar y disolver por completo la voz e incluso la presencia, de una institución que, por su peso moral en Nicaragua, es un obstáculo en los planes de los Ortega-Murillo, de consolidar una dictadura dinástica”, advirtió Maradiaga a través de una declaración pública.
Ya es hora de que la comunidad internacional pase a la fase de desconocimiento absoluto del régimen”, agregó.
Las relaciones del régimen de Ortega y la Iglesia católica viven ahora momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.