El municipio de Quime, ubicado en la provincia Inquisivi del departamento de La Paz, enfrenta una emergencia crítica tras el desborde de los ríos Kuyuma, Pongo y Quime, ocurrido el pasado viernes. La riada ha dejado calles anegadas, cuatro viviendas al borde del colapso y extensas áreas sin suministro eléctrico, lo que agrava la situación de cientos de familias afectadas.
Ante este panorama, los pobladores expresaron su alarma y pidieron ayuda inmediata, temiendo que las intensas lluvias puedan intensificar los daños. El alcalde Rubén Laura informó que se están gestionando recursos, como maquinaria pesada, con el Gobierno central, la Gobernación de La Paz y cooperativas locales para redirigir las aguas y mitigar los riesgos. “Es el sacrificio de toda una vida. Entendemos el dolor de la gente. Nunca habíamos visto un crecimiento de las aguas de esta magnitud”, declaró en una entrevista con la televisora estatal.
El impacto de la riada ha sido devastador. Además de las afectaciones en el área urbana, el camino que conecta Quime con Pongo quedó parcialmente destruido, dejando incomunicadas a varias comunidades. Una de las zonas más golpeadas es Pongo B2, donde varias viviendas fueron destruidas, dejando a decenas de familias sin hogar.
Los vecinos, consternados, también han expresado su descontento ante lo que consideran una falta de previsión por parte de las autoridades municipales y departamentales. “Estamos preocupados, nunca habíamos vivido algo así. Tenemos miedo de perder nuestras casas”, lamentó una habitante de Quime.
A través de radio Quime, los comunarios han hecho un llamado urgente a las autoridades para que atiendan la emergencia y tomen medidas preventivas que eviten futuros desastres.
El desastre en Quime subraya la vulnerabilidad de las comunidades montañosas ante fenómenos climáticos extremos, una situación que, según expertos, podría agravarse con el cambio climático. Mientras tanto, los habitantes esperan una respuesta oportuna que les permita recuperar la seguridad y estabilidad en la región.