El presidente de la Asociación de Productores de Arroz de Beni, David Pérez, anunció que el sector proyecta recolectar 40.000 toneladas de arroz en la actual cosecha temprana, una producción clave para asegurar el abastecimiento del mercado interno.
“Estimamos alcanzar unas 40.000 toneladas en esta cosecha temprana. Posteriormente, iniciaremos la cosecha grande a mediados de febrero”, declaró Pérez en una entrevista concedida a Canal Rural.
A pesar de los desafíos que enfrenta el sector, como la limitada disponibilidad de diésel, que redujo la siembra al 90% de la superficie planificada, los productores se muestran optimistas. Las condiciones climáticas han sido favorables, lo que genera expectativas de buenos rendimientos para cubrir la demanda nacional en 2025.
En el departamento de Beni, se han sembrado cerca de 70.000 hectáreas de arroz. A nivel nacional, se estima una producción total de entre 600.000 y 700.000 toneladas, con importantes contribuciones de regiones como Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.
Retos y presiones para el sector
El panorama para los productores de arroz no está exento de retos. Entre los principales se encuentran la escasez de combustible, el acceso limitado a insumos y divisas, y el aumento de los costos de producción. Pérez detalló que “los costos para producir una hectárea de arroz se han duplicado, pasando de 1.000 a 2.000 dólares”. Este incremento, advirtió, impactará directamente en los precios del grano, que seguirán elevados en el mercado.
Los productores han solicitado al Gobierno que garantice el suministro de diésel, un recurso indispensable para llevar adelante las actividades agrícolas. La falta de este insumo podría comprometer la sostenibilidad de la producción.
Un pilar para la seguridad alimentaria
La producción de arroz desempeña un rol fundamental en el abastecimiento alimenticio de Bolivia. En este contexto, el esfuerzo de los productores de Beni es crucial para garantizar la estabilidad del mercado. Sin embargo, la sostenibilidad del sector dependerá de soluciones estructurales que permitan superar las actuales limitaciones económicas y logísticas.
Con el inicio de la cosecha grande en febrero, se definirá el rumbo del mercado del arroz para 2025. Las decisiones adoptadas en los próximos meses serán determinantes para el futuro del sector y la seguridad alimentaria del país.