La tarde de este domingo, habitantes del municipio cruceño de Yapacaní intensificaron sus protestas, tomando el control de los pozos petroleros Yarará X1 y Yarará X2. Los manifestantes exigen que la Asamblea Legislativa apruebe de inmediato un crédito destinado a la construcción de un tramo carretero crucial para la región.
René Mejía, representante del comité pro caminos de Yapacaní, declaró a los medios de comunicación que las acciones de protesta no solo continuarán, sino que se intensificarán. “Vamos a masificar los puntos de bloqueo y también estamos con la toma de los pozos. Desde el lunes vamos a realizar el cierre de válvulas”, afirmó el dirigente, subrayando la determinación de la comunidad.
Las imágenes difundidas por UNITEL muestran a los comunarios colocando un candado con una cadena en la reja de acceso al Pozo Yarará X1, mientras que en el Pozo Yarará X2, los manifestantes han instalado una cerca de madera adornada con pancartas que demandan la pronta aprobación del proyecto carretero. “40 años que aportamos al Estado con gas. Pedimos una carretera para el beneficio de nuestro municipio”, reza uno de los carteles, reflejando el sentir de la población.
Este movimiento se enmarca en una serie de tensiones que han escalado en las últimas semanas. El sábado pasado, los pobladores de Yapacaní ya habían tenido un amago de enfrentamiento con los conductores del transporte pesado, quienes protestaban porque los bloqueos dejaban pasar a minibuses, afectando su labor.
El trasfondo de esta situación remonta a febrero, cuando el gabinete de ministros del presidente Luis Arce autorizó la suscripción de un contrato de préstamo con la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina. Este crédito, por 35 millones de dólares, está destinado a financiar el “Proyecto de Construcción Camino Norte Integrado – Yapacaní”, una obra largamente anhelada por la comunidad.
La toma de los pozos petroleros por parte de los pobladores de Yapacaní es una medida de presión que busca acelerar la aprobación legislativa del crédito, resaltando la urgencia y el descontento de una comunidad que siente que sus aportes al Estado no han sido correspondidos con inversiones en infraestructura vital para su desarrollo.
La situación continúa siendo tensa y se espera que las autoridades gubernamentales respondan pronto a las demandas de los manifestantes para evitar una mayor escalada del conflicto.