Dos fiscales en Argentina pidieron este lunes penas de prisión de hasta 12 años e inhabilitación para ocupar cargos públicos para la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, por supuesta corrupción en la obra pública durante su gobierno.
La exmandataria está acusada de administración fraudulenta y de haber encabezado una asociación ilícita junto con su difunto marido, el expresidente Néstor Kirchner, durante los gobiernos de ambos (2003-2015).
Esta presuntamente se dedicaba a direccionar la obra pública en la provincia patagónica de Santa Cruz, que Néstor Kirchner gobernó durante más de una década antes de llegar a la presidencia y donde aún mantiene su residencia la vicepresidenta.
En su alegato final, el fiscal Diego Luciani aseguró que “se trató de la mayor maniobra de corrupción del país”, y dijo que perjudicó al Estado por más de US$1.000 millones.
Por su parte Cristina Kirchner, cuyo abogado defensor presentará su alegato final en el mes de septiembre, ha rechazado todas las acusaciones, asegurando que es víctima del “lawfare” (guerra jurídica).
Poco después de que el fiscal pidiera las penas para Kirchner, el presidente, Alberto Fernández, tuiteó un mensaje en apoyo a su vicepresidenta:
Hoy es un día muy ingrato para alguien que, como yo, se ha criado en la familia de un juez, se ha educado en el mundo del derecho y enseña Derecho Penal hace más de tres décadas. Vuelvo a transmitir mi más profundo afecto y solidaridad a la vicepresidenta @CFKArgentina. pic.twitter.com/cOMH2iKjnK
— Alberto Fernández (@alferdez) August 22, 2022
Varios otros dirigentes de la coalición gobernante se expresaron en las redes a favor de la expresidenta.
Pero también hubo muchos que salieron a festejar el pedido de prisión para la líder kichnerista, tanto en redes como en las calles, flameando banderas y golpeando cacerolas.
Entrada la noche, se registraron algunos incidentes frente al departamento de la vicepresidenta en Buenos Aires, entre personas a favor y en contra de la dirigente.