El sector panificador de Cochabamba ha decidido iniciar un paro de 48 horas a partir de este miércoles, en protesta por la falta de cumplimiento del Gobierno en la entrega de harina subvencionada. La medida implica la suspensión de la producción de pan de batalla, afectando la disponibilidad de este producto en mercados y panaderías de la ciudad.
José Mamani, representante de los panificadores, explicó a medios locales que la medida se tomó en una reunión de emergencia ante la falta de respuesta del Gobierno, que lleva un mes sin suministrar la harina prometida para el sector. Según Mamani, esta situación ha obligado a los panificadores a recurrir a la compra de harina importada desde Argentina, cuyo precio se ha elevado significativamente, situándose entre los 290 y 300 bolivianos, lo que incrementa los costos y pone en riesgo la sostenibilidad del negocio.
“Es insostenible continuar comprando harina argentina a ese precio solo para no dejar sin pan a la población”, señaló Mamani a la televisora Unitel, quien advirtió que el sector ya no puede asumir esos costos adicionales, especialmente cuando se había firmado un convenio con el Gobierno para asegurar el suministro de harina a precios accesibles durante 2024. El representante también indicó que, a pesar de varias reuniones con el ministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca, no se ha logrado solucionar el problema, lo que motivó la decisión de paro.
La medida de presión, que se extenderá hasta el jueves, es vista como un llamado de atención al Gobierno, que hasta ahora no ha cumplido con los compromisos pactados. Además, el sector panificador advirtió que, una vez concluido el paro, se evaluarán las siguientes acciones a tomar, que podrían incluir nuevas protestas o ajustes en el precio del pan.
Este conflicto podría tener un impacto considerable en la población de Cochabamba, ya que el pan de batalla es un alimento básico y de consumo diario. La falta de abastecimiento durante los días del paro podría generar inconvenientes para los consumidores y aumentar la presión sobre las autoridades para que encuentren una solución que garantice el suministro adecuado de harina y estabilidad en el precio del pan.