El juicio por la masacre de Senkata, que involucra a la expresidenta Jeanine Áñez, exministros y exautoridades militares y policiales, será retomado el 13 de enero de 2025, según informó el ministro de Justicia, César Siles. El proceso, que ha avanzado considerablemente, podría concluir con una sentencia condenatoria en las primeras semanas del próximo año.
Siles destacó que el Tribunal de Sentencia Penal Cuarto de El Alto ya revisó la mayor parte de las pruebas documentales y adelantó que quedan pendientes las testimoniales y periciales. “Esperamos que en enero podamos tener una condena”, afirmó en declaraciones a la Agencia Boliviana de Información (ABI).
Acusaciones y posibles penas
La expresidenta Áñez enfrenta una posible condena de 30 años de prisión sin derecho a indulto, junto con otros exfuncionarios como los exministros Arturo Murillo y Fernando López. Según el ministro de Justicia, los acusados no solo habrían tomado el poder de manera inconstitucional en 2019, sino que ordenaron acciones que resultaron en la muerte de al menos 10 personas y lesiones a otras 31 durante los enfrentamientos en la planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en Senkata, El Alto.
El caso, que incluye acusaciones por genocidio, homicidio y lesiones graves y leves, está respaldado por 450 pruebas documentales, 25 dictámenes periciales y 11 informes técnicos presentados por la Fiscalía.
Contexto y antecedentes
Los hechos ocurrieron el 19 de noviembre de 2019, pocos días después de que Áñez asumiera el poder tras la renuncia de Evo Morales. Las fuerzas de seguridad reprimieron a manifestantes en la zona de Senkata, lo que derivó en múltiples víctimas por impactos de bala.
Mientras tanto, varios exfuncionarios acusados, como Arturo Murillo y Luis Fernando López, se encuentran declarados rebeldes y fuera del alcance de la justicia boliviana.
Condena previa
Áñez ya cumple una sentencia de 10 años de prisión por el caso Golpe de Estado II, relacionada con su autoproclamación como presidenta. Este antecedente refuerza las expectativas de que el caso Senkata concluya con una sentencia significativa que podría marcar un precedente en la búsqueda de justicia para las víctimas.
El juicio por Senkata es visto como un hito en la lucha por la reparación de las violaciones de derechos humanos ocurridas en 2019 y mantiene la atención de sectores sociales y políticos en Bolivia.