Jimmy Carter, el presidente más longevo en la historia de Estados Unidos, falleció este domingo a los 100 años en su hogar de Plains, Georgia, acompañado por su familia. La noticia fue confirmada por sus hijos y el Centro Carter.
Conocido por su honestidad y compromiso con los derechos humanos, Carter lideró el país entre 1977 y 1981, tras vencer en las elecciones presidenciales de 1976. Su gobierno enfrentó desafíos significativos, como la crisis energética y la toma de rehenes en Irán, factores que contribuyeron a su derrota frente a Ronald Reagan en 1980.
Sin embargo, su legado creció exponencialmente tras dejar la Casa Blanca. A través del Centro Carter, se convirtió en un defensor incansable de la democracia y los derechos humanos en el ámbito global. En 2002, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su labor en la resolución de conflictos internacionales y la promoción de causas humanitarias.
En 2023, el expresidente optó por recibir cuidados paliativos en su residencia en Georgia, donde celebró su centenario el pasado 1 de octubre. En su última aparición pública, Carter participó en un emotivo homenaje en el que aviones sobrevolaron su hogar como reconocimiento a su vida y obra.
James Earl Carter Jr. nació el 1 de octubre de 1924 en Plains, Georgia, en el seno de una familia trabajadora. Hijo de un agricultor y una enfermera comprometida con causas sociales, Carter creció bajo valores cristianos que marcaron su carácter.
Tras graduarse de la Academia Naval en 1946, sirvió en la Marina antes de regresar a Georgia para dirigir el negocio familiar. En 1962, inició su carrera política al ser elegido senador estatal. Posteriormente, se desempeñó como gobernador de Georgia a partir de 1970, destacándose por sus reformas administrativas y su defensa de los derechos civiles.
Su victoria en las elecciones presidenciales de 1976, en medio del clima de desconfianza generado por el escándalo de Watergate, fue impulsada por una campaña que enfatizó la sinceridad y la gestión eficiente.
Entre sus principales logros como presidente se encuentran los Acuerdos de Camp David de 1978, que establecieron la paz entre Egipto e Israel, y la ratificación de los tratados que devolvieron el Canal de Panamá a control panameño. También normalizó las relaciones diplomáticas con China, fortaleciendo la posición de Estados Unidos en Asia.
Sin embargo, su mandato estuvo marcado por dificultades económicas, incluida una inflación descontrolada y una recesión, así como por la prolongada crisis de los rehenes en Irán, que desgastaron su popularidad.
Una segunda vida
Tras su salida de la Casa Blanca, Carter se dedicó a una prolífica carrera como activista global. A través del Centro Carter, lideró misiones de observación electoral en más de 100 países y promovió la lucha contra enfermedades como el tracoma y la dracunculiasis. Estas iniciativas cimentaron su reputación como uno de los expresidentes más respetados de Estados Unidos.
En 2023, Carter sufrió la pérdida de su esposa, Rosalynn, quien falleció a los 96 años. La pareja, casada durante más de 77 años, dejó un legado de servicio público y dedicación al bienestar común.
Un legado perdurable
La muerte de Jimmy Carter representa el fin de una era en la política y la historia estadounidense. Su vida estuvo guiada por la integridad, la fe en la democracia y el servicio desinteresado.
“Mi padre fue un héroe, no solo para mí, sino para todos los que creen en la paz y los derechos humanos”, afirmó su hijo, Chip Carter.
El impacto de Jimmy Carter trasciende su tiempo en la Casa Blanca y continuará inspirando a generaciones futuras en la búsqueda de un mundo más justo y pacífico.