El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, rechazó este sábado el informe de Fitch Ratings, que rebajó la calificación crediticia de Bolivia de CCC a CCC-. Según Montenegro, el país enfrenta dificultades de liquidez, pero no de insolvencia, y cuestionó las conclusiones de la agencia calificadora.
“No estamos de acuerdo con todo lo que señala Fitch en su análisis”, declaró el ministro en una rueda de prensa convocada tras conocerse el informe. En su intervención, destacó que Bolivia ha cumplido de manera “puntual y correcta” con el servicio de su deuda externa, un aspecto que, a su juicio, no fue reflejado adecuadamente en la evaluación.
Montenegro reconoció que el país atraviesa desafíos económicos, pero subrayó que estos están directamente relacionados con la falta de aprobación de créditos por parte de la Asamblea Legislativa, lo que ha retrasado el desembolso de recursos. “El problema no es de insolvencia. La insolvencia se da cuando nadie quiere prestarte dinero, pero Bolivia sigue recibiendo créditos de organismos multilaterales”, precisó.
El ministro también cuestionó los informes previos de Fitch, que en su opinión fueron alarmistas al prever un posible impago que nunca se concretó. “¿Cuántos informes he tenido que refutar sobre la insolvencia que decían que teníamos?”, agregó.
Finalmente, Montenegro aseguró que el Gobierno aún cuenta con herramientas financieras, como la emisión de bonos, para hacer frente a la situación económica. Sin embargo, insistió en que las trabas legislativas dificultan el acceso a nuevas fuentes de financiamiento.
La respuesta del ministro reabre el debate sobre la percepción internacional de la economía boliviana y pone de relieve la necesidad de encontrar soluciones internas para superar los problemas de liquidez.