RT.- El candidato a presidente argentino Javier Milei (La Libertad Avanza – LLA) aseguró que, en caso de ganar el balotaje del próximo 19 de noviembre, como jefe de Estado no se reunirá con el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien calificó de “comunista” y “corrupto”.
El economista fue entrevistado por el periodista peruano radicado en Estados Unidos Jaime Bayly, que le preguntó al “querido Javier Milei” si tendría relaciones diplomáticas “con las dictaduras comunistas de la región”.
“No, se las condena. A Venezuela, a Cuba, a Nicaragua, a Corea del Norte, a Irán”, dijo Milei en el reportaje difundido el miércoles, y adelantó que una de sus primeras medidas como presidente será retirar las embajadas argentinas en esos países.
Luego, el polémico presentador de televisión le consultó a Milei si se reuniría con Lula “de jefe de Estado a jefe de Estado”. Y antes de oír su respuesta, le dijo: “Un gran corrupto, ¿no?”.
“Obvio —contestó el aspirante de ultraderecha—. Por eso estuvo preso”.
“Desde mi posición como jefe de Estado, mis aliados son Estados Unidos e Israel y el mundo libre”, aclaró, dejando de lado al principal socio de Argentina en la región y en el mundo.
El líder de los ‘libertarios’ ya había señalado durante una entrevista con el periodista estadounidense Tucker Carlson que un eventual Gobierno suyo rompería los lazos empresariales con China y otros países “comunistas”.
“De hecho, no solo no voy a hacer negocios con China. No voy a hacer negocios con ningún comunista. Soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia. Los comunistas no entran ahí. Los chinos no entran ahí, [el presidente de Rusia, Vladímir] Putin no entra ahí. [El presidente de Brasil, Luiz Inácio] Lula [da Silva] no entra ahí”, manifestó Milei, y aseguró que quiere convertir a su país en un “faro moral del continente”.
Dudas sobre el resultado de los comicios
Por otra parte, el candidato de LLA intentó sembrar dudas sobre la transparencia del sistema electoral argentino y, en coincidencia con las posturas adoptadas por líderes de extrema derecha, como Jair Bolsonaro en Brasil o Donald Trump en Estados Unidos, volvió a agitar la idea de “fraude” y abrió la posibilidad de no aceptar el resultado de la segunda vuelta.
Respecto a las elecciones del pasado 22 de octubre, cuyo resultado Milei aceptó, dijo que “hubo irregularidades de semejante tamaño que ponen en duda el resultado”, y cuestionó la conformación de la Cámara Nacional Electoral (CNE). “Ese poder está muy influenciado por el poder político. Quien cuenta los votos es el que lo controla todo”, añadió.