Minutos antes de las 10:00 de este martes, desde el municipio de Caracollo, Oruro, militantes y seguidores de Evo Morales iniciaron una marcha hacia la ciudad de La Paz. Denominada la “marcha para salvar Bolivia”, la movilización, que cuenta con cientos de participantes, tiene como objetivo manifestar su rechazo al Gobierno de Luis Arce, a quien acusan de “traidor”.
La marcha está encabezada por Morales y el presidente de la Cámara de Senadores, Andrónico Rodríguez, quienes han movilizado a distintos sectores afines al ala evista del Movimiento Al Socialismo (MAS). “Si el primer y segundo hombre abandonan al pueblo, está el tercer hombre del Estado, hermano Andrónico Rodríguez, con nosotros”, declaró Morales, dejando claro su respaldo a Rodríguez en medio de la creciente división dentro del partido oficialista.
El Gobierno, por su parte, ha calificado esta manifestación como un intento de desestabilización y un paso inicial en un plan para derrocar al presidente Arce. No obstante, Morales desmintió estas acusaciones, señalando que la movilización es “pacífica” y busca llamar la atención sobre la crisis económica que atraviesa el país. Según el exmandatario, la falta de dólares, los problemas en la distribución de combustibles y el aumento de precios en productos de la canasta básica han exacerbado el descontento popular.
A pesar de los llamados a la paz, las tensiones se han incrementado. Ponciano Santos, líder de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, advirtió que si el Gobierno no atiende las demandas del MAS y no convoca al diálogo, se podría desencadenar un paro y bloqueo de caminos a partir del 30 de septiembre.
Los movilizados recorrerán 189 kilómetros durante siete días, con la meta de llegar a La Paz el próximo lunes. Morales ha denunciado que el Gobierno está organizando a funcionarios y sectores campesinos para intentar frenar la marcha, aunque no ha presentado pruebas que sustenten estas afirmaciones.
El contexto político de la marcha también está marcado por la sospecha de Morales de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el Gobierno buscan proscribir su candidatura para las próximas elecciones. Analistas como Andrés Gómez y Susana Bejarano señalan que esta movilización es parte de la disputa interna del MAS, en la que Morales busca consolidar su liderazgo y garantizar su postulación.
La marcha se desarrolla en un ambiente de incertidumbre política y social, con posibles repercusiones significativas para la estabilidad del Gobierno y el futuro del MAS en el poder.