Agencias.- La privacidad y seguridad de los datos personales son preocupaciones importantes al aplicar IA en salud mental, así como el riesgo de potenciar aspectos negativos con ciertos protocolos – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Si bien la investigación en sistemas de inteligencia artificial ha comenzado hace décadas, en los últimos años se está trabajando mucho en la integración de sistemas de IA en la medicina en varios ámbitos, inclusive en el diagnóstico, y las posibilidades del mismo infinitas, sin embargo, el tema está aún en etapas iniciales y, al igual que en las otras áreas, el camino por delante lleva muchas promesas, pero también peligros de importancia.
Por de pronto solo con el nivel alcanzado en la actualidad se debe pasar por numerosas pruebas, muchas de ellas en curso, para evaluar el impacto de las mismas antes de una aplicación plena.
Ya de por sí el rápido ingreso de los sistemas de inteligencia artificial en diversos aspectos de la vida humana representan un área de suma importancia y por momentos de preocupación respecto al impacto que signifiquen en diferentes sectores y en el área de la salud, que el mismo amerita cuidados particularmente especiales.
Hasta hace poco nuestra mayor inquietud como profesionales era la “interconsulta” con el irónicamente llamado “Dr. Google”, que genera en algunos casos ventajas, por ejemplo, el paciente se informa de aspectos preventivos, pero en otros claramente hay desventajas, como la falta de adherencia al tratamiento o el cuestionamiento por la búsqueda de información repetida, en algunos casi hasta la obsesión.
En algunos casos se manifiestan cuadros que llegan a cumplir los criterios del DSM (Manual Diagnostico de Enfermedades Mentales) para ser encuadrados como trastorno de ansiedad por enfermedad, antes referido como ansiedad referida a la salud y tradicionalmente conocido como hipocondría.