Las intensas lluvias que afectan al país desde hace semanas han provocado deslizamientos, inundaciones y riadas en ocho departamentos, causando graves daños en viviendas, cultivos y carreteras. Según el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, Bolivia enfrenta un “periodo crítico” con afectaciones generalizadas.
En total, 53 municipios han reportado problemas, de los cuales 11 se declararon en desastre, según informó Flavio Merlo, presidente de la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia (FAM). De estos, diez corresponden al departamento de La Paz y uno a Beni.
En Caranavi, La Paz, las riadas y deslizamientos han bloqueado las vías en zonas como Taipiplaya. Por otro lado, en Monteagudo, Chuquisaca, la crecida del río San Miguel del Bñado arrastró parte de un puente esencial para la conexión con varias comunidades. Asimismo, la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) cerró la carretera antigua Santa Cruz-Cochabamba debido al riesgo de deslizamientos, interrumpiendo el tránsito en el tramo Bermejo-La Angostura durante la noche.
El departamento de Beni también atraviesa una situación crítica. En la comunidad de Chacal, municipio de San Borja, los ríos Mamoré y Maniquí desbordaron, inundando viviendas y una unidad educativa. Los habitantes piden con urgencia carpas, alimentos, medicamentos y agua potable para hacer frente a la emergencia.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) emitió alertas amarillas por el ascenso de caudales en ríos de Pando, Beni, La Paz, Tarija, Chuquisaca, Santa Cruz, Cochabamba, Potosí y Oruro, aunque este último no ha registrado daños significativos hasta el momento.
La tragedia humana también ha marcado esta temporada de lluvias. Defensa Civil informó sobre 18 fallecidos, entre ellos dos jóvenes cuyos cuerpos fueron hallados en Sacaba, Cochabamba.
Mientras las lluvias continúan, las comunidades afectadas enfrentan incertidumbre. En Bajo Llojeta, La Paz, los vecinos temen que se repita la tragedia de noviembre pasado, cuando una mazamorra arrasó viviendas y cobró la vida de una niña de cinco años.
Las autoridades siguen monitoreando las zonas de mayor riesgo, mientras los damnificados claman por apoyo urgente para recuperar lo perdido y prevenir más pérdidas humanas y materiales.