Alan Lisperguer, exministro de Medio Ambiente y Agua, rompió el silencio tras su destitución por el presidente Luis Arce, negando cualquier intención de abandonar Bolivia y comprometiéndose a enfrentar las acusaciones de corrupción en su contra.
“No puedo fugarme del país porque no he robado un centavo a nadie. Todo lo que tengo es fruto de mi esfuerzo”, afirmó en una entrevista concedida a radio Erbol este jueves. Lisperguer aseguró que presentará sus descargos cuando corresponda y subrayó que no teme a las investigaciones.
El pasado martes, el abogado Abel Loma interpuso una denuncia formal contra el exministro por presunto enriquecimiento ilícito, señalando la supuesta existencia de nueve propiedades y movimientos bancarios irregulares que superarían varios millones de bolivianos.
En respuesta, Lisperguer expresó su disposición a someterse al escrutinio público. “Todos los funcionarios públicos estamos sujetos a investigaciones sobre nuestros bienes y movimientos bancarios. No hay que alarmarse; debemos estar preparados para este tipo de situaciones”, sostuvo.
La denuncia ha generado amplio debate en los círculos políticos y sociales, poniendo de relieve el papel de los organismos de transparencia en la lucha contra la corrupción. Por el momento, Lisperguer permanece en el país, mientras las instancias judiciales continúan su labor.
El caso no solo ha situado al exministro en el centro de la controversia, sino que también ha reavivado el debate sobre la importancia de fortalecer los mecanismos de fiscalización y rendición de cuentas en la administración pública boliviana.