El pasado sábado, un grupo de legisladores se trasladó hasta el pozo exploratorio Lliquimuni Centro X1, ubicado en el municipio de Teoponte, al norte del departamento de La Paz, donde constataron su estado de abandono. La perforación de este pozo, que se llevó a cabo en 2016 bajo el gobierno del expresidente Evo Morales, implicó una inversión de 500 millones de dólares.
“No hay gas ni resultados”, denunciaron los legisladores, entre ellos los senadores Andrés Flores y Virginia Velasco, en un video difundido por la red RTP. En las imágenes, se observa que el terreno del pozo está cubierto de arbustos y solo cuenta con una placa identificatoria. Este proyecto hidrocarburífero fue impulsado por Morales a pesar de informes que advertían sobre las escasas probabilidades de éxito.
Flores acusó a Morales de haber provocado un gasto “insulso” al Estado boliviano, señalando que en la perforación del pozo en Lliquimuni “no se encontró ni agua”. Asimismo, adelantó que se fiscalizará el caso para esclarecer las responsabilidades.
El malestar entre los legisladores es palpable. “Se ha jugado con el sentimiento del pueblo boliviano”, afirmó otro de los parlamentarios presentes en Teoponte.
Este hallazgo cobra mayor relevancia en el contexto del reciente anuncio del presidente Luis Arce sobre el descubrimiento de 1,7 trillones de pies cúbicos (TCF, por su sigla en inglés) de recursos hidrocarburíferos en el pozo Mayaya Centro X1, también situado en el norte de La Paz. Este descubrimiento ha sido calificado como uno de los más importantes y contrasta fuertemente con el fallido proyecto de Lliquimuni.
Los legisladores cuestionaron que Morales, quien ahora busca capitalizar políticamente el éxito del hallazgo en Mayaya X1, se apropie de un logro que corresponde a la gestión actual de Arce.