Marca.- LeBron James se hizo inmortal el 8 de febrero de 2023. Tras un tercer cuarto ante los Oklahoma City Thunder como mandaban los cánones. Imponente, dominante y mayúsculo, el ‘Rey’ tocó el firmamento de la NBA. Su tiro desde la media distancia, buscando postear, en una marca de la casa de toda su carrera deportiva. Eterno LeBron para un registro imposible.
Con un tercer cuarto de antología, en el que anotó 16 puntos para superar un récord imposible. Su último tiro desde la media distancia, en una de sus especialidades envió el récord de 38.387 al segundo puesto. Un punto más bastaba. Y el antiguo Staples con gritos de ‘MVP’ honraban a uno de los gigantes. Jabbar entregaba la pelota, el testigo. Historia de la humanidad en un partido en el que los oro y púpura cayeron por 130-133. En Hollywood, el ‘niño de Akron’, el ‘Elegido’, el ‘Rey’… se convierte en el máximo anotador de todos los tiempos en la historia de la NBA. Ese chico que ya era una estrella con 17 años pasa a la leyenda, al terreno que sobrepasa a los números, a los títulos. El terreno del “para siempre”. LeBron batió a Kareem Abdul-Jabbar con su media distancia y la historia le abraza.
Aquellas finales a las que llegó siendo un líder de un equipo de clase baja de la NBA. Su marcha -la decisión- que quemó camisetas pero le llevó a ser una estrella del ‘rock’ en Miami. Los títulos, con un 2013 en el que ganó un título de campeón, MVP de la temporada, las finales, equipo defensivo del año y el primer jugador en la historia en anotar un 55% en tiros de campo y 40% desde el triple. El regreso a Cleveland y la confirmación en el firmamento tras remontar a los Warriors del 73-9 un 3-1 abajo en las finales de la NBA. Y su última etapa, en los Lakers, abrochada con un anillo en el año más difícil para todos. LeBron, en el firmamento. No ha habido nadie como LeBron James. Existen otros jugadores, otras historias. La de LeBron es única y el récord anotador es la confirmación de la leyenda inmortal. Del que trasciende. 37 puntos hasta los segundos finales del tercer cuarto, batiendo los 38.387 de Kareem Abdul-Jabbar. Tras una carrera en la que le ha anotado más de 40 puntos a todos los equipos, con los 61 ante los Hornets como récord.
“Llevé la antorcha del récord durante 38 años. Estoy excitado y orgulloso de entregársela al siguente orgulloso defensor. LeBron se lo merece y espero que lo mantenga más tiempo de lo que yo hice”, confesó Kareem. Palabra de leyenda al jugador que ante los Thunder abrochó ese capítulo en la historia. Con una segunda mitad de partido en la que fue a por el registro en medio de un intento de remontada oro y púrpura.
Un producto de 20 años en la élite. “Le dimos las llaves del negocio a un niño de 18 años y ahora tiene 38 y sigue dominando. No debemos sorprendernos. Debemos celebrarlo y elogiarle”, expresó Kyrie Irving, uno de sus mejores socios. “Empezó en 2003. En 2005 ya era el mejor. En 2020 seguía siéndolo. Es el mejor. Hemos visto juego con hombres grandes, sin ellos, con cuatro grandes… Y nada ha cambiado”, relató su ‘enemigo’ e íntimo amigo Draymond Green. LeBron trasciende. Su ‘rush’ final con 38 años es la mejor prueba de un jugador inagotable e inaccesible para los demás. Otros se rendirían en unos Lakers mediocres. LeBron ha anotado 17 puntos seguidos para meterles en un partido que rondaba la derrota, evidenciando su nivel con 38. En su especie no hay nadie como el ‘Niño de Akron’.
Porque además del valor numérico, la lógica no indica que el récord de Kareem Abdul-Jabbar sea ‘fácil’. Ni con 20 años siendo la contraseña de la NBA. LeBron lo consigue. 150 partidos menos que Jabbar (unas dos temporadas) y con un factor clave. Kareem jugó, de forma aproximada, unas 126.000 posesiones en su carrera. LeBron se queda en unas 103.000. El juego ha cambiado. El ritmo ha bajado, con los equipos de Kareem jugando en ritmos de 105, mientras que el de LeBron se queda en 94. Y sólo existe una constante, la del ‘Rey’.
Ante los Thunder confirma algo único. Cuando la prestigiosa revista estadounidense ‘Sports Illustrated’ se lanzó a la ‘piscina’ llevando a un crío a la categoría de ‘Elegido’ nadie preveía algo sin parangón. El dominio por la parte física pasó a la inteligencia en la gestión, a la capacidad de hacer diferencias por la lectura en el juego. La perfección casi absoluta.
LeBron se hizo inmortal con los 38.388. Pero LeBron también trascenderá por lo que ocurre más allá del parqué. La historia del chico nacido en una familia con pocos recursos acabando como referente social. El ‘I Promise’, su lucha contra la discriminación, el cambio de un jugador al que catalogaban como ‘chulo’ para ser un referente social. Es el valor del LeBron icono. “Me inspiré en Muhammad Ali, Bill Russell, Kareem Abdul-Jabbar o Oscar Robertson. Esas figuras que entendieron, cuando los tiempos eran mucho peores que hoy en día, su papel. Algún día espero que la gente me recuerde no sólo por lo que hice en el baloncesto. También sobre cómo viví como un hombre afroamericano”, relató en 2020. Lo deportivo y lo social, con educación hacia los pequeños, salidas de futuro y deporte. Es inmortal LeBron James, el mejor anotador de todos los tiempos