Quien.- El departamento de policía de Los Ángeles confirmó que la investigación sobre la muerte de Matthew Perry, protagonista de la serie Friends llegó a su fin.
Las autoridades concluyeron que el actor, fallecido el pasado mes de octubre a los 54 años, fue accidental, teniendo en cuenta los datos que arrojó la autopsia: el artista se ahogó en el jacuzzi de su casa tras sufrir un episodio cardíaco, al que contribuyó la ingesta de potentes medicamentos como la ketamina y la buprenorfina.
Ni la policía ni la oficina del forense del condado de Los Ángeles ven indicios de delito en este suceso. En la página web del organismo médico el caso de Perry aparece señalado como “cerrado”.
Sin embargo, esta noticia no habrá sido del agrado de la última novia que tuvo el artista, Kayti Edwards, ya que hace escasas semanas abogaba por una investigación exhaustiva a fin de hallar posibles sospechosos, fundamentalmente personas que le hubieran proporcionado las citadas sustancias.
Según Kayti, el actor había consumido ketamina en dosis moderadas como parte del tratamiento que seguía para combatir su depresión.
Sin embargo, su última dosis prescrita se remontaba a una semana antes de su muerte. La que fuera pareja de Perry daba a entender que el afamado actor había sufrido una recaída en sus adicciones tras 19 meses de absoluta sobriedad, lo que en último término le costó la vida.
“No me sorprendió el informe del forense. Ya sabía lo que pasaba, no me sorprendió. No estuve ahí y no sé qué pasó exactamente, pero conozco los patrones de comportamiento que desembocan en esto”.
“Se veía venir, no estaba bien en esas dos últimas semanas de su vida”, afirmó al diario The Sun. Kayti argumentó que, desde el punto de vista de Perry, consumir ketamina por instrucciones de sus médicos no suponía un regreso a esa peligrosa dinámica.
“Y ese fue probablemente el detonante de que volviera a las drogas”, sostenía.