Agencias.- El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, suplicó entre lágrimas a las mujeres de su país que tuvieran más hijos para compensar el descenso de la natalidad. Flanqueado por otros líderes uniformados, dijo que aumentar la población ayudaría a fortalecer el país.
Con la emoción a flor de piel, Kim Jong-un aprovechó la Reunión Nacional de Madres para pedir a las mujeres que tengan más hijos, y frenar así la baja tasa de natalidad que ya afecta a la nación asiática. Una problemática que, según la ONU, ha disminuido constantemente en los últimos 10 años.
“Detener el descenso de la natalidad y proporcionar un buen cuidado y educación a los niños son asuntos de familia que debemos resolver junto con nuestras madres”, dijo Kim en su discurso.
Esta no es la primera vez que el gobernante se emociona públicamente. El año pasado, despidiendo a su mentor, casi se le saltan las lágrimas y en esa ocasión también pudimos ver cómo se secaba los ojos con un pañuelo blanco. Otro momento, hace tres años en un desfile militar. Mientras pronunciaba su discurso, en su cara se puede ver ese intento de contención para no emocionarse.
La situación de la natalidad es incluso peor en Corea del Sur, un país que también vive amenazado por el declive demográfico. Su población tocó techo hace tres años y ha empezado el descenso, acelerado por la tasa de fertilidad más baja del planeta: 0,7 hijos por mujer.