La perforación del pozo exploratorio Charagua-X1 (CHA-X1), ubicado en el departamento de Santa Cruz, marca un paso clave en la estrategia boliviana para reactivar su sector hidrocarburífero. Con una inversión de Bs 417 millones, aproximadamente, las empresas YPF E&P Bolivia S.A. y YPFB Chaco S.A. lideran este proyecto con el objetivo de descubrir un importante yacimiento de gas natural, según informó el presidente Luis Arce Catacora durante una inspección técnica al sitio.
El prospecto Charagua, operado por la compañía argentina YPF, tiene un potencial estimado de 1,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas recuperable, lo que lo convierte en uno de los proyectos más prometedores del país. Este pozo busca explorar las formaciones Santa Rosa e Icla Medio, con la posibilidad de alcanzar la formación Huamampampa, considerada un objetivo secundario.
“Estamos corrigiendo los errores del pasado e impulsando una inversión significativa en este pozo exploratorio. Este es un paso crucial en la reactivación del sector”, destacó Arce durante su visita, en la cual resaltó la importancia del proyecto para la región de Santa Cruz.
El pozo Charagua-X1 está diseñado para alcanzar una profundidad de 5.200 metros, con proyecciones de finalización para el segundo semestre de 2025. La finalización de la etapa de DTM (Desmontaje, Traslado y Montaje) del equipo de perforación marca el inicio formal de las actividades en el sitio, según explicó el presidente de YPFB, Armin Dorgathen Tapia.
El área de exploración Charagua, reservada a YPFB desde 2017, abarca 39,7 parcelas en una zona tradicional hidrocarburífera del Subandino Sur. Este proyecto forma parte del Plan de Reactivación del Upstream (PRU), una estrategia del Gobierno Nacional y YPFB para reactivar la inversión en exploración y explotación de gas y petróleo, con el fin de reponer las reservas del país y dinamizar la economía energética.
La perforación del pozo no solo tiene implicaciones económicas, sino también sociales. Se espera que genere empleos directos e indirectos en la región, impulsando el desarrollo local. Además, el éxito del proyecto podría consolidar a Bolivia como un productor clave de gas en la región, incrementando sus reservas y fortaleciendo su capacidad de exportación.