EFE.- Los inversores están preocupados por la situación de China, donde el crecimiento del crédito al sector privado es flojo y la economía no se ha recuperado después de que se levantaran las restricciones por la pandemia y se relajara la política monetaria.
El Banco de Pagos Internacionales (BPI), cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea, publicó este lunes su informe trimestral de septiembre, en el que analiza los movimientos en los mercados financieros desde el 1 de junio y hasta el 8 de septiembre.
Los mercados financieros en las economías emergentes reflejaron las diferencias en las perspectivas políticas y entornos macroeconómicos en las regiones.
Pese a la relajación monetaria, el crecimiento del crédito al sector privado en China es flojo y la economía no se ha recuperado después de que se levantaran las restricciones por la pandemia.
La rentabilidad de los bonos bajó en China debido a una titubeante recuperación económica.
Las compañías chinas de la construcción y de infraestructuras fueron las que más cayeron en bolsa, reflejo de los problemas en el sector de la propiedad, junto con las de ventas minoristas.
En agosto el BPI observó una reducción de la toma de riesgos en los mercados financieros en economías emergentes por la preocupación por las perspectivas de China, que lleva a cabo otra política monetaria que EEUU, donde ha habido sorpresas positivas respecto al crecimiento.
Mientras la Reserva Federal (Fed) ha subido sus tipos de interés de forma continuada desde hace dos años, el Banco Popular de China trata de estimular el crecimiento del crédito y la economía.
Por ello se amplió el diferencial entre la deuda soberana a dos años de EE.UU. y de China.
Los inversores están cada vez más preocupados por posibles contagios si la situación de China se deteriora más, lo que se reflejó en la renta variable de algunos países de Latinoamérica, que temen una caída de la demanda de materias primas del país asiático, que representan una gran proporción de las exportaciones de la región.
La política monetaria en Latinoamérica da ahora un giro después de subidas de los tipos de interés los dos últimos años.
De hecho, los bancos centrales de Brasil y Chile recortaron sus tipos de interés y los inversores esperan que los de Colombia y México hagan lo mismo pronto porque la inflación cae en la región.
El real brasileño y el peso mexicano se han apreciado frente al dólar porque la deuda soberana de esos países ofrece una rentabilidad más elevada que la estadounidense e incentiva los “carry trades”, endeudarse en una divisa con una tasa de interés más baja para invertir en otra que da más rentabilidad.