Al menos 11 estaciones de servicio en Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y La Paz fueron precintadas por presuntamente desviar combustibles en medio de la alta demanda, según informó el director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Germán Jiménez. Las intervenciones se realizaron tras detectarse irregularidades en la distribución y venta de combustibles, lo que ha generado preocupación en medio de la actual crisis de abastecimiento.
En Cochabamba, seis estaciones fueron precintadas, mientras que en Santa Cruz se actuó contra dos. En Oruro, una estación fue intervenida, y en el norte de La Paz, dos estaciones (Gasol Camp y Sayogas) pasaron a manos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) tras detectarse desvíos de combustible en los municipios de Ixamas y Urupana. Jiménez explicó que estas acciones responden a denuncias presentadas desde enero, cuando se comenzó a sospechar de prácticas irregulares.
Acusaciones de sabotaje
El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, denunció que algunas estaciones de servicio están saboteando la venta de combustibles para generar desabastecimiento y especulación. “Hemos verificado que estaciones que decían estar en ‘alerta’ tenían más de 20.000 litros en sus tanques. Levantaban falsas alertas sin necesidad”, afirmó Dorgathen en declaraciones a la Red Uno.
Dorgathen calificó estas acciones como un “sabotaje” que afecta el abastecimiento y genera zozobra en la población. Advirtió que se están elaborando informes para que la ANH aplique sanciones correspondientes. “No podemos permitir que se juegue con el abastecimiento de combustibles”, recalcó.
Implicaciones para la población
Estas intervenciones ocurren en un contexto de alta demanda y desabastecimiento de combustibles, lo que ha llevado a largas filas en estaciones de servicio y un aumento en la especulación. Las autoridades insisten en que estas acciones buscan garantizar el suministro y evitar prácticas que perjudiquen a los consumidores. Sin embargo, el impacto en la población sigue siendo significativo, ya que la falta de combustibles afecta tanto al transporte como a los precios de productos básicos.
Las investigaciones continúan, y se espera que se tomen más medidas para asegurar el abastecimiento y sancionar a los responsables de las irregularidades.