El sector industrial de Bolivia atraviesa una recesión que lo llevará a crecer apenas entre 0 y 1% en 2024, según reportó la Cámara Nacional de Industrias (CNI). La contracción responde a múltiples factores, como la caída en importaciones y exportaciones, bloqueos prolongados, escasez de combustibles y divisas insuficientes para adquirir insumos esenciales.
Impacto en cifras
Las importaciones industriales, fundamentales para la producción, decrecieron 16,3% al pasar de $us 8.316 millones en 2023 a $us 6.953 millones este año. Por su parte, las exportaciones cayeron un 35%, afectando significativamente los ingresos del sector.
El presidente de la CNI, Pablo Camacho, señaló que los bloqueos en vías, que sumaron 170 días este año, generaron pérdidas de $us 1.000 millones y dañaron gravemente la logística interna y las exportaciones. A esto se sumó la falta de hidrocarburos, que paralizó operaciones en varios rubros.
Problemas estructurales
El asesor económico de la CNI, Hugo Siles, advirtió que la desaceleración industrial refleja una crisis estructural. “El crecimiento de la industria pasó del 2% en años anteriores a un rango de 0 a 1%, lo que evidencia una ralentización profunda”, explicó. Además, el acceso a créditos cayó: mientras en años pasados la cartera industrial crecía entre 15% y 20%, este año apenas avanzó 8%.
La creación de nuevas empresas industriales también muestra un estancamiento, con un crecimiento de solo 1,3% en contraste con las tasas del 4% al 7% de gestiones anteriores.
Perspectivas para 2025
La CNI prevé que la recesión se mantendrá el próximo año. La declinación de pozos petroleros agravará la escasez de gas y electricidad, mientras que la inseguridad jurídica, derivada de bloqueos y avasallamientos, seguirá afectando al sector.
La crisis industrial no solo implica pérdidas económicas, sino también un golpe a la imagen de Bolivia como destino confiable para inversiones, alertaron los empresarios.
El asesor económico de la CNI, Hugo Siles, explicó que se presenta un escenario de recesión a partir de una tasa de crecimiento de 0 a 1%, cuando en años anteriores el crecimiento de la industria era del 2%. “Este es un indicador que muestra ralentización de actividades industriales”, recalcó.
Otro de los elementos centrales que muestra la recesión se explica por las importaciones industriales (suministros, materia prima, insumos intermedios, bienes de capital), que a septiembre de este año decrecieron en -16%, al caer de 8.316 millones de dólares en 2023 a solo 6.953 millones de dólares en 2024. Por su lado, las exportaciones bajaron en 35%.
Siles manifestó que también hay menor crédito dirigido a las actividades industriales, ya que este año el crecimiento de la cartera apenas ronda el 8%, cuando en gestiones pasadas se expandía en 15% a 20%.
Además, el patrón de registro de nuevas empresas industriales se estancó y solo crece en 1,3%, a diferencia de las tasas de 4% y 7% de años anteriores.